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El Economista
Junio - Julio 2018
seis a ocho años y tiene una vida útil de
25 años. El costo de la solución de
menor tamaño ronda los $1,200”, ex-
plicó Medina.
Energy Solutions de Omnisport tam-
bién comprende aires acondicionados
eficientes con tecnología Inverter, que
no solo ahorran energía sino también
mejoran el confort.
Sylvania, empresa de reconocida tra-
yectoria, es otra empresa que desde hace
años ha transformado el uso de lu-
minarias tradicionales a led, pero tam-
bién en sus procesos de producción han
introducido la eficiencia y sostenibilidad.
Laurence Vega, gerente de producción
regional de la compañía, señala que
desde su planta en Costa Rica se ela-
boran productos reciclables, con ahorros
entre 40 % al 60 %, con durabilidad que
llegan a los cinco años, vs. los tra-
dicionales que vencen en uno.
A ello se suma el poder de control
que ofrece la tecnología led. “La tec-
nología led nos permite hacer muchas
cosas con el control de luminarias. En la
oficina se puede programar para que se
encienda si hay alguien y se apague, si
no, en las zonas remotas puede saber si
está fallando alguna luminaria y cuál es
la falla. Esto da ahorro y sostenibilidad”,
expone Vega.
El cuido al econosistema también
llega por el lado del mobiliario y de
cómo se equipa una oficina, utilizando
por ejemplo, elementos que perduren
en el tiempo y que al terminar su vida
puedan reutilizarse, comenta Mónica
Domínguez, gerente de mercadeo de
Arista para Honduras y El Salvador.
“En Arista estamos enfocados en
colaborar con una economía sostenible
de nuestros clientes. La mejor forma de
ser sostenible es proteger la inversión,
que lo que se fabrique sea capaz de
resistir en el tiempo y de ser flexible
para se adapte a los cambios”.
Entre las soluciones que integra
Arista en los espacios son los pisos
elevados mediante los que se envía el
aire acondicionado desde el suelo hacia
arriba, lo que disminuye la temperatura
térmica de las oficinas y en conse-
cuencia su uso. Pero también ayuda a
que el aire que se esparce sea en una
dirección de abajo hacia arriba dis-
minuyendo las posibilidades de con-
tagio de enfermedades.
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La sosteniblidad llega a las grandes construcciones, desdemateriales ami-
gables hasta luminarias ahorradoras.
ELECONOMISTA/ARCHIVO
PORTADA
RESPONSABILIDAD
AMBIENTAL
“Los latinoamericanos tienenel retode
que el sector de la construcciónpueda
tomar un cambio en la formadehacer las
construcciones”.
KRITTIANRADA,
líder del programa de ciudades de IFC
58
edificios certifica-
dos LEEDhayen
CostaRica. En
Honduras solo
hayuno.
10
edificaciones
cuentancon la
certificación
EDGEenCosta
Rica.
Dentro de los proveedores de Arista, Haworth, su prin-
cipal proveedor, está comprometido con la sostenibilidad;
sus sillas por ejemplo, cuentan con materiales que son y
pueden ser reutilizables. Entre otras soluciones se incluyen
alfombras ecoamigables con sus materias primas, maderas
certificadas y otros.
De hecho, el showroomde Arista en Costa Rica cuenta con la
certificación LEED Gold, como parte del compromiso que
quieren reflejar.
Schneider Electric también ha encontrado un espacio para
intervenir en la sostenibilidad de las edificaciones.
Juan José Ugalde, director de desarrollo de negocios para
Schneider Electric Centroamérica, comenta que se han preo-
cupado en proveer de alternativas eficientes que van en tres
pasos: digitalización, descarbonización y descentralización.
Ugalde explica que el esquema funciona creando un sistema de
redes que entrelace los equipos (big data), que en edificios es
toda esa información que sin un análisis no se puede aprovechar
en beneficio, aquí está la digitalización. Luego con este sistema
inteligente a través de sensores se puede obtener ahorros de
consumo tomando en cuenta las variables climáticas pero sin
sacrificar el confort. Una vezmidiendo los ahorros, mediante un
software Schneider se calcula cuánto representa esto en huella
de carbono, aquí aparece la descarbonización. El último paso
está en la transformación de ese ahorro, que se puede lograr con
paneles y si la legislación lo permite, hay energía que puede
venderse a la red. Ugalde señala que al seguir todo el esquema
el ahorro en energía eléctrica puede rondar el 30 %.
Así el camino está trazado y en esta ocasión presentamos
algunas iniciativas de la región que están trabajando para
compensar de alguna forma su huella de carbono. Edificios de
oficinas, áreas comerciales, plantas de producción, entre otros,
para que sean referentes. En esta ocasión las empresas de
Nicaragua no pudieron participar por la crisis política que está
viviendo este país.
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