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El Economista
Agosto - Septiembre 2018
Así el crédito a empresas en Cen-
troamérica (sin Panamá) fue de
$45,238 millones en 2017. Con esa
inyección la banca habría desem-
bolsado un 50 % del total de crédito
privado a las empresas, y la otra
mitad a los hogares (consumo y vi-
vienda). Según la estadística reco-
pilada de los supervisores, conver-
tida al último tipo de cambio del
dólar en cada país, en 2017 la cartera
de crédito total en la región rondó los
$91,078 millones.
El país que lidera la lista del cré-
dito a empresas es Guatemala con
$16,222 millones, seguido por Costa
Rica con $13,881 millones. Los tres
restantes: Honduras, El Salvador y
Nicaragua, destinaron $6,548 millo-
nes, $5,412 millones y $3,176 millones,
respectivamente.
Si se observa la proporción del
monto adentro de los créditos to-
tales, en el caso de Costa Rica y El
Salvador son los únicos países en los
que su principal destino no fueron las
empresas, con 39.6 % y 42 %,
respectivamente.
EnGuatemala un 63%del total fue
financiamiento a empresas, siendo el
país de la región que más destina a
este sector. Le sigue Nicaragua con
un 59%. Y, en proporción con el total
de créditos otorgados, el tercero es
Honduras con un 54 %.
Aunque cada país clasifica a sus
ramas económicas, hay tres sectores
que se repiten en los cinco países
como los que más apetito crediticio
mostraron en 2017: comercio, ser-
vicios e industria. En conjunto, ob-
tuvieron un 59%del total del crédito
a empresas, equivalente a $26,746
millones.
Laexperienciasalvadoreña
En el sistema bancario salvadoreños,
las instituciones financieras otorgan
más créditos a las personas que a las
empresas.
Sin embargo, Raúl Cardenal, pre-
CAPITAL
CRÉDITOS
CORPORATIVOS
sidente de la Asociación Bancaria
Salvadoreña (ABANSA), y Marcela
de Jiménez, directora ejecutiva de la
gremial, señalaron que este año el
crecimiento de los créditos de em-
presas tiene un mejor desempeño
que los de consumo.
A marzo de este año, los créditos
de empresas crecían a un ritmo del
5 %, mientras que el crédito total a
un 4 %.
En parte, esta tendencia viene da-
da por el dinamismo económico del
principal socio del país, Estados Uni-
dos, dijo Cardenal. Además, la de-
manda de crédito está siendo aten-
dida gracias a que los depósitos están
creciendo lo que le da liquidez al
sector bancario, agregó.
Óscar Santamaría, gerente de
banca de empresas de Banco Cus-
catlán, dijo que en su experiencia,
tras la conversión del banco en 2016,
una apuesta estratégica ha sido au-
mentar su cartera de créditos a las
empresas.
De hecho, en 2016 cuando recién
regresaba la marca bancaria insigne
Cuscatlán con la venta de Citi a
Grupo Terra, la cartera de prés-
tamos para empresas era de $200
millones aproximadamente. Dos
años después se ha llevado a valores
que superan los $320 millones, co-
mentó Santamaría.
Banco Cuscatlán cuenta con dos
subsegmentos dentro de la categoría
del crédito de empresas, uno es
clientes empresariales y el otro cor-
porativo. El primero es el más grande
con más de 8,000 clientes, mientras
que el segundo cuenta con 800 clien-
tes. Para ganar la confianza de nuevos
clientes la gerencia de banca em-
presarial se ha fortalecido para dar
soluciones integrales.
Santamaría señaló que si bien es
cierto el crecimiento económico local
está bastante rezagado lo que im-
pacta en los índices de inversión, el
sector empresarial local es optimista
y emprendedor, incluso en un en-
torno que no es tan favorable.
“Somos un banco que cree en el
país, con visión de largo plazo que
esperamos acompañar a los clientes
en momentos buenos y no tan bue-
nos. Principalmente, porque creemos
que la banca es un pilar para apoyar el
crecimiento económico”, señaló.
Otro aspecto que afecta los ni-
veles de demanda de crédito en esta
plaza son los períodos electorales.
El Salvador se aproxima a elecciones
presidenciales y esto podría frenar
las decisiones de inversión en los
empresarios.
Cardenal, de ABANSA, comentó
que dentro de los créditos empre-
sariales una parte se envía a capital
de trabajo y de producción final,
mientras que otra parte es para ex-
pansiones y crecimiento. Esto último
suele ser lo más vulnerable en pe-
riodo electoral. De momento, aún no
se ha observado una merma.
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