El Economista
Abril - Mayo 2017
• 15
Para la elaboración se abarcó a 68
entidades en la región, de diversas
categorías. En Costa Rica, se incluyó a
empresas nancieras no bancarias, or-
ganizaciones cooperativas de ahorro y
crédito, y otras entidades nancieras;
en El Salvador, a bancos cooperativos
y sociedades de ahorro y crédito; en
Guatemala, Honduras y Nicaragua, a
nancieras.
Las IFNB costarricenses, sobre todo
las cooperativas, despuntan en el ran-
king. Los tres primeros lugares por
activos son ticos: la Caja de Ahorro y
Préstamo de la ANDE ($1,779.9 mi-
llones); la Cooperativa Nacional de Edu-
cadores COOPENAE ($1,239.8 millo-
nes) y la Cooperativa de Ahorro y
Crédito de los Servidores Públicos
COOPESERVIDORES ($1,163.3 millo-
nes), todos con activos arriba de los
$1,000 millones.
Por Guatemala, la IFNB mejor po-
sicionada es la Financiera Industrial, en
el puesto seis ($414.6 millones); y por El
Salvador saca la casta la Federación de
Cajas de Crédito y Bancos de los Tra-
bajadores (FEDECREDITO), en el sép-
timo lugar ($369.6 millones).
La Financiera CrediQ, la represen-
tante de Honduras mejor ubicada, está
en la décima séptima casilla ($124.6
millones); y por Nicaragua, Financiera
FDL, una reciente incorporación en ese
mercado, ocupa la vigésimo quinta po-
sición ($68 millones).
Costa Rica participa con una tajada
preponderante del mercado regional:
signi ca el 70 % de los activos totales, el
75 % de los créditos, el 81 % del
patrimonio y el 69 % de las utilidades en
la región.
Por activos, las IFNB de El Salvador
y Guatemala tienen una participación
del 12 % del mercado, cada uno; sin
embargo, en créditos, el 14 % se lo lleva
El Salvador y el 3 %, Guatemala.
La diferencia en créditos subyace en
que las nancieras guatemaltecas re-
lacionadas con grupos bancarios se de-
dican a administrar deicomisos, mien-
tras que en El Salvador se suelen en-
focar a otorgar empréstitos.
En el universo heterogéneo de las
IFNB, ¿existen rasgos comunes?
“Una institución nanciera no ban-
caria usualmente es una entidad de nicho,
tiene un modelo de negocios más con-
centrado que un banco, entonces por eso
mismo vemos una diversidad mayor de
modelos de negocios”, plantea Martínez.
En Costa Rica, las IFNB reúnen ac-
tivos de $7,696.3millones, equiparables al
18 % de toda la banca tradicional.
La rápida evolución de las IFNB,
sobre todo de las cooperativas costa-
rricenses, también les representa de-
safíos. “Han venido creciendo a un ritmo
mayor que el de la banca y si unimos ese
crecimiento con el volumen de negocios
que ya tienen es inevitable que se acer-
can a un momento en el que van a tener
que diversi carse un poco más”, apunta
el analista de Fitch Ratings.
Hace una década, el cooperativismo
signi caba el 2 % del sistema nanciero
costarricense y gracias a un proceso de
apertura actualmente representa cerca
del 13 %, dice Óscar Hidalgo, gerente
general de COOPESERVIDORES.
Con una base de 100,000 a liados,
dicha cooperativa basa su estrategia de
negocio en la triple utilidad: económica,
social y ambiental.
Todo, dentro del entorno de inno-
vación en servicios. COOPESERVIDO-
RES facilita a sus so-
cios atención vía te-
leconferencia, servicio
a domicilio mediante
reserva por internet, la
aplicación móvil CS
Móvil e, incluso, su bi-
lletera virtual, a través
de teléfono celular, CS
Wallet.
“La apertura al mercado y la es-
trategia digital que desarrolló COO-
PESERVIDORES en los últimos años
permiten que ahora aproximadamente
el 33 % de nuestra base social sean
jóvenes”, explica Hidalgo.
Diversificación
Una tendencia de las IFNB a escala
regional pasa por la creación de ser-
vicios nancieros complementarios, ta-
les como: corretaje de seguros, servicios
de cobranza, emisión de tarjetas de
crédito, entre otros.
En El Salvador sobresale el caso de
FEDECREDITO, que funciona como un
banco de segundo piso para las cajas de
crédito y bancos de los trabajadores
a liados a su sistema.
Dicha federación lidera proyectos de
desarrollo de servicios para que sus
a liados los ejecuten, con estándares
comunes, y bajo una sola marca. En ese
caso en particular, ha incursionado en
seguros y en tarjetas de crédito.
“Se crea una sinergia muy inte-
resante, no es un modelo usual en otros
países, pero les ha dado buenos re-
sultados”, apunta Martínez, de Fitch.
Macario Armando Rosales, presi-
dente de FEDECREDITO, apunta que si
“Una institución nancieranobancaria
usualmente es una entidadde nicho,
tieneunmodelode negociosmás
concentradoqueunbanco, entonces
por esomismovemos unadiversidad
mayor demodelos de negocios”.
ROLANDOMARTÍNEZ,
director de Instituciones Financieras
Centroamericanas de FitchRatings.