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os consumidores de Sudá-
frica y Venezuela se dejarán
tentar, a partir de 2012, por
el sabor de Power Chicken,
una empresa hondureña de
comida rápida iniciada en noviembre de
2000, con apenas $10 y que ahora ya
está valorada en $8 millones.
La compañía, que emplea directa-
mente a 400 personas y vende en
promedio 22,000 pollos mensuales,
cuenta en la actualidad con cinco salas
en Honduras (cuatro en San Pedro Sula,
su ciudad de origen, y uno más en El
Progreso Yoro). Asimismo, su marca
está presente en Nebraska, Estados
Unidos, por medio de un pequeño res-
taurante situado en el interior de un
centro comercial.
Pero su crecimiento, tanto dentro
como fuera de las fronteras, se augura
todavía más prometedor en el futuro
cercano. Toda una hazaña para una
marca tan joven.
Su fundador, Roberto Contreras, re-
vela que las movidas comerciales pró-
ximas incluyen la apertura de dos res-
taurantes en la capital hondureña, Tegucigalpa, y dos más
fuera del país.
“La aceptación (del producto) sobrepasó las expec-
tativas”, dice Contreras, mientras admite que las ex-
pansiones internacionales se harán en Suramérica y en el
continente africano.
“Serán dos restaurantes en Sudáfrica y dos en Venezuela
el próximo año”, relata este creativo emprendedor, quien
con apenas una mínima cantidad de dinero en la bolsa
–suficiente para adquirir un anafe básico– supo, entre
pruebas y degustaciones gratis, ubicar su receta secreta para
adobar el pollo en el gusto de miles de consumidores.
Según el empresario, en el caso de las operaciones fuera
de Honduras, la negociación con los franquiciatarios ha
incluido un valor por el uso y explotación de la marca, así
como, obviamente, toda la transferencia del conocimiento
en la forma de preparar los alimentos, en el servicio al
cliente y en el uso de las máquinas de cocina utilizadas en
los distintos restaurantes.
De esa forma, se pretende, entre otras cosas, que en las
nuevas salas se cumpla también con el modelo de operación
en línea diseñado por Contreras, que implica que una sola
persona a la vez realice los pasos del servicio: desde tomar
el pedido en caja, pasando por la elaboración del platillo,
hasta la entrega de la orden. El procedimiento ha sido tan
exitoso que le ha permitido a la firma estandarizar un
sistema de autoservicio que puede servir hasta siete platos
en dos minutos.
Y los logros no han hecho más que avivar los deseos de
continuar el crecimiento. El ejecutivo no descarta más
aperturas en mercados como Guatemala y Estados Unidos,
donde, según él, algunos inversionistas han mostrado
también interés en adquirir la marca.
Así, con apenas 11 años a cuestas, Power Chicken
busca seguir conquistando paladares dentro y fuera de
Honduras.
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