mienza por la elección de un automóvil en
buen estado, que tenga perspectivas de
conservarse en el largo plazo.
También entra en consideración si el
vehículo es idóneo para soportar el peso
requerido.
Por ejemplo, a un sedán no le conviene
una protección del máximo nivel, ya que
disminuiría su velocidad. Esto incremen-
taría el riesgo, pues el revestimiento se diseña para proteger la
vida y proporcionar a la vez un margen de tiempo de escape.
Pero en realidad, ¿son efectivos los productos blindados?
En el caso de la indumentaria, Pineda dice que los mal-
hechores suelen desistir de los ataques contra personas que se
visten con la última moda de la seguridad.
“Ha sucedido que por X o Ymotivo los agresores se han dado
cuenta que las víctimas están protegidas con prendas blindadas
y solo hasta las amenazas han llegado. Como que lo piensan y lo
repiensan antes de atacarlos”, manifiesta.
González se remite a las cifras de la casa matriz de Blindeca
en Guatemala sobre los ataques a sus clientes. En 2011, solo el
1% regresó a cambiar vidrios o renovar materiales.
“De casi 500 carros blindados, solo cinco fueron atacados el
año pasado, dos en Petén y tres en la capital, y sí se salvaron
vidas, porque fueron atentados fuertes. Realmente, la es-
tadística es poca para los carros que se blindan, pero sin duda
mejora la calidad de la seguridad y la sensación de paz”,
reflexiona el empresario.
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El Economista
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Marzo - Abril 2012
todavía mucho mejor”, apunta el ge-
rente general de Blindeca.
Para el forraje de los vehículos li-
vianos, como sedanes, también se utiliza
kevlar, ideal para repeler armas cortas.
¿Esnecesario?
Antes de proceder al blindaje de un
vehículo, se deben tomar en consi-
deración una serie de factores, que
abarcan desde el riesgo real hasta de-
talles técnicos del automotor.
Por ejemplo, Berdugo recomienda
que el cliente antes realice un análisis
de riesgo, basado en su perfil personal
y su mapa de vida. El producto tiene
un efecto real de resguardo, pero tam-
bién un componente psicológico de
tranquilidad para quien lo adquiere.
“Hoy en día, desafortunadamente,
andar en un vehículo blindado ya no es
un lujo, sino que se ha vuelto una
necesidad para contrarrestar la in-
seguridad existente en nuestros paí-
ses”, apunta.
González, de Blindeca, agrega que el
usuario debe valorar la decisión como
una apuesta de largo plazo. Esto co-
•
La armadura
vehicular se pue-
demanufacturar
con diversosma-
teriales, como
acero, kevlar o
polietileno de ca-
pas, dependien-
do del nivel de
protección y el
automóvil.
PODER
REGIÓN
BLINDADA
$1,500
puedecostaruna
chaquetablinda-
da,manufactura-
daporROP.