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Enero - Febrero 2012
adoptó un seguro para infraestructura
estatal clave, gracias a un préstamo
blando del Banco Interamericano de
Desarrollo (BID) por $24 millones.
La póliza permite que los mercados
financieros aporten $50 millones para
cubrir gastos públicos extraordinarios,
después de cada huracán o sismo de
dimensiones catastrófica que se registre
en los próximos cinco años.
El BID destaca que se trata del
primer mecanismo de esta naturaleza
implementado en América Latina y el
Caribe. Además, se completa con un
préstamo contingencial de $100 mi-
llones para la atención de emergencias,
con 25 años plazo.
Hasta la fecha, la reconstrucción se
basa en la emisión de deuda estatal,
créditos y la espera de donaciones.
En la emergencia por las lluvias de
octubre, por ejemplo, el Banco Mundial
desembolsó $25 millones como parte de
una línea preaprobada para la atenciónde
catástrofes en El Salvador, una medida
que el Gobierno calificó de histórica.
Pero las atenciones están lejos de las
necesidades para una catástrofe que
dejó $890 millones en daños solo para
El Salvador, según datos de la Cepal.
Un Grupo Consultivo para la Re-
construcción y Desarrollo de Cen-
troamérica se congregó en San Sal-
vador, a mediados de diciembre, sin
comprometer recursos.
Raúl Betancourt, director ejecutivo
de la Asociación Salvadoreña de Em-
presas de Seguros (ASES), dice que
desde hace varios años se conoce de
apoyo del BID para impulsar el tema de
seguros de desastres, pero las iniciativas
para promoverlo no encuentran eco en
las autoridades.
Este tipo de servicios sería de gran
apoyo para alivianar el peso de las ca-
tástrofes sobre los hombros del Gobierno.
Betancourt explica que no se puede ase-
gurar todo, ya que se trata de primas de
“considerable esfuerzo económico”.
Ya existen instituciones autónomas
protegidas, como firmas de electricidad,
agua y terminales portuarias. A esta pro-
SEGURODE
DESASTRES
+
DATOS
Amedias
En la coberturaprivada,
las aseguradoras y rease-
guradoras soncapaces
dedar aportes sustancia-
les paraunaeficaz re-
construcción. EnEl Salva-
dor, ASES reportaqueen
los terremotosde2001 el
rubroaportómásde
$348.5millones para la re-
construcción, casi el 28%
del costo total de la catás-
trofe. Sinembargo, parael
huracán Ida, quecausó
estragospor $240millo-
nes, las compañíasde se-
guros apenas cubrieron
1.58%., debidoa la faltade
culturaaseguradora.
Ladepresión tropical 12-E impactóaHonduras, Guatemala yEl Salvador ydejódaños por $1,968millones. El fenó-
menoclimáticoabrióel debatede laaltavulnerabilidaddel territoriocentroamericano.
tección se podría agregar un menú de in-
fraestructura estratégica como hospitales,
puentes, carreteras, escuelas, entre otros.
Comúnmente, la aplicación de estos
seguros se activa después de que el Go-
bierno asume ciertos gastos extraordina-
rios, explican los empresarios del rubro.
Raúl Aguilar, presidente de la Asocia-
ción Guatemalteca de Instituciones de Se-
guros (AGIS), explica que la medida tam-
bién impactará positivamente la calidad de
las obras.
“En el momento que se asegura la in-
fraestructura, la calidad de la obra es mejor
porque cumple ciertos parámetros. No pue-
de ser que un puente se derrumbe y se
construya otro provisional, de mala calidad,
en el mismo lugar, que se debe reconstruir al año siguiente”,
plantea el guatemalteco.
Por su lado, Tethey Martínez, gerente general de la Cámara
Hondureña de Aseguradores (CAHDA), estima que el seguro
contra desastres naturales no puede excluir a los productores
agrícolas, que por lo general son afectados, sobre todo, por
fenómenos climatológicos.
Los gobiernos pueden ayudar subsidiando parcial o to-
talmente las primas para pequeños o medianos productores
agrícolas.
“También busco que toda mi población agrícola esté cu-
bierta, me quito el riesgo que viene el día demañana y que luego
la gente pida condonación de deudas”, agrega.
Centroamérica ya no puede atenerse a las donaciones
internacionales, apunta Betancourt. Las crisis fiscales en el
mundo desarrollado están provocando que ellos enfoquen sus
recursos a regiones más estratégicas para sus intereses. Asi-
mismo, la ineficacia en el manejo de donaciones pasadas
también restan el atractivo.
“Ya hay instrumentos de apoyo establecidos que no estamos
aprovechando. No podemos quedarnos esperando a que vengan
a donarnos”, reflexiona.
$1,968
millonesenpérdi-
das causó la tor-
menta tropical
12-E, según
laCEPAL.
$24
millones costaráa
RepúblicaDomi-
nicana laprima
deunseguropara
desastres.