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Economistabritániconacidoen 1937. Estudióen la
EscueladeEconomíadeLondres yen laUniversi-
daddePrinceton. Haenseñadoen las universida-
desdeYork yWarwicken Inglaterrayen laPontifi-
ciaUniversidadCatólicadeRíode JaneiroenBrasil.
Ha sidoprofesor visitanteenel InstitutoTecnológi-
codeMassachusetts (MIT, en inglés) yenPrince-
ton. Trabajóenel Tesorodel ReinoUnidoentre
1968y 1970yenel FondoMonetario Internacional
entre 1972y 1974. Ha sidomiembro senior del Insti-
tutodeEconomía Internacional enWashington
desde su fundación, en 1981. Entre 1996y 1999 fue
economista jefeparael sur deAsiapor el Banco
Mundial. En 1989 redactóundocumentocon las
10reformas económicasque las instituciones en
Washington recomendabanaAméricaLatinapara
librar sudeudaexternaacuñandoel términoCon-
sensodeWashington, el cual pronto significó, para
algunos, sinónimodeneoliberalismo.
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El Economista
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Abril - Mayo 2012
PODER
CONSENSO DE
WASHINGTON
general, explica, “los procesos de privatización trajeron mo-
dernización y recursos al Estado, pero pecaron por no hacerse de
forma transparente y por subvaluar los activos”.
Por su parte, Juan José Daboub, exministro de Hacienda y
secretario técnico de la Presidencia en la administración del
presidente Francisco Flores (1999-2004), destacó que la in-
terrupción de las reformas e incluso la reversión de algunas
medidas incidieron en la desaceleracióndel crecimiento, la pérdida
del grado de inversión y la reducción de la competitividad.
Para el director del Banco Mundial para Centroamérica,
Felipe Jaramillo, el expediente salvadoreño es especial, ya que fue
el único alumno que dolarizó, una medida que no formaba parte
del Consenso de Washington y que fue ejecutada en 2001.
Con esta ajena reforma, afirma Vidal, la economía del país
“perdió un instrumento fundamental para hacer política
económica”. Este economista pone en entredicho los atri-
butos con los que se vendió esta medida, ya que como director
del Fondo Social para la Vivienda por parte de la empresa
privada señaló que las bajas en las tasas de interés fueron por
una “política autoritaria” y no por la dolarización.
Pero no todo es desalentador, según Jaramillo, puesto que El
Salvador no se vio tan afectado por la última crisis económica
internacional como pudiera haberlo sido; además, indica, su
deuda no es “desbordada ni posee niveles comparables de los
países desarrollados”. Sin embargo, Vidal advierte que el
problema que está provocando el privatizado sistema de
pensiones toma fuerza en las finanzas públicas.
Entre los factores que entrampan el crecimiento sal-
vadoreño, indica Acevedo, se encuentran la inseguridad y la baja
productividad. Para Hinds, el problema es más político que
económico: la burocracia que impide la inversión, un debate
público que frena al sector privado a invertir y una sim-
plificación en el tema de impuestos.
Después del último gobierno de derecha (2004-2009), el
cual giró su enfoque hacia programas sociales, y con la actual
administración ganada por la izquierda en 2009, año que la
crisis internacional tambaleó la economía local con un -3.1% de
crecimiento, El Salvador vuelve a ver intentos y concreciones de
reformas económicas, desde tributarias hasta de regulación.
Siguiendo la nueva idea global, explica Acevedo, el país
necesita un balance marcado entre Estado y mercado. Por su
parte, Vidal propone: “El Estado tiene que tener una participación
adecuada... pequeña pero fuerte, eficiente, transparente”.
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PERSONAJESDEL CONSENSO
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DATOS
JohnWilliamson
+
DATOS
JosephStiglitz
Nacióel 9de febrerode 1943enGary, Indiana (Es-
tadosUnidos). SegraduódeAmherst Collegey re-
cibió sudoctoradodel InstitutoTecnológicode
Massachusetts (MIT) en 1967. Tres añosdespués
pasóa fungir comoprofesor de tiempocompleto
enYale; además, haenseñadoenPrinceton, Stan-
fordyMIT. Fuevicepresidente senior yeconomista
jefedel BancoMundial durante 1997y2000. Un
añodespuésde su salida, esteeconomista recibió
el PremioNobel. Actualmente, esprofesor de la
UniversidaddeColumbiadeNuevaYork. Dentro
deestecentrodeestudios es cofundador ycopre-
sidentede Iniciativaparael DiálogoPolítico, ade-
másde ser codirector del Comité sobrePensa-
mientoGlobal. En2011, la revistaTimenombróa
Stiglitz comounode las 100personasmás influ-
yentes enelmundo. Stiglitzha criticadoal Consen-
sodeWashington, señalandoque sus recetas no
erannecesariasni suficientesparael crecimiento.