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l igual que el resto de naciones del área,
Honduras ha hecho de los Tratados de Libre
Comercio (TLC) uno de los pilares funda-
mentales de su política comercial. El país ha
abierto sus puertas a siete de estos y se alista
para competir con los grandes.
Para el caso, el TLC con Canadá —el acuerdo más reciente
que se sumaría a una lista en la que ya figuran México, Taiwán,
Chile, Colombia, República Dominicana, Panamá y Estados
Unidos—, que se espera entre en vigor en 2012. Asimismo, el
país ya firmó el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea,
del cual está pendiente también la entrada en vigor.
“Esta cantidad de tratados comerciales supone un mo-
nitoreo permanente en programas de desgravación, en reglas de
origen, en administración de cuotas y en el cumplimiento de
todos los compromisos que se asumen”, dice Melvin Redondo,
jefe de negociaciones comerciales de la de Secretaría de
Industria y Comercio (SIC).
Hoy, dice el funcionario, se tiene un régimen de comercio
exterior mucho más complejo de lo que se tenía hace cuatro
años, con cuotas, con licencias, con reglamentaciones de origen,
con un sistema de integración mucho más profundo y con
regulaciones comerciales, que hacen que la administración de la
política comercial sea más compleja.
Esta, según las autoridades, está orientada a lograr una
mayor inserción en el comercio internacional para volver más
eficiente, diversificada y competitiva la producción nacional,
aprovechando las ventajas comparativas y la apertura de
nuevos mercados, eliminando distorsiones y obstáculos al
flujo comercial.
No obstante, la balanza comercial del país sigue siendo
deficitaria. Incluso con una brecha que se amplía: du-
rante 2010, el déficit alcanzó los $4,384.2 millones un
valor superior en $618.8 millones al registrado en di-
ciembre de 2009.
Por eso, algunas voces críticas a este tipo de mecanismos
han estado siempre presentes. Para el catedrático uni-
versitario Javier Mejía Barahona, los TLC en Honduras
lejos de incentivar las exportaciones, lo que han hecho es
aumentar las importaciones, haciendo la brecha comercial
mucho más amplia.
En el intercambio con Estados Unidos incluso, pa-
radójicamente, ha habido un retroceso en las exportaciones.
En 2004, Honduras le vendió a dicha nación $632.8
millones. En 2010, esa cifra se redujo a $364.3 millones.
Mario Perdomo, gerente técnico de la Cámara de
Comercio e Industrias de Cortés, justifica la baja por la crisis
económica de 2009 y agrega: “Recordemos que el objetivo
de que Honduras negociara el CAFTA no era que subieran
las exportaciones, si no la atracción de inversiones”. Un
campo donde tampoco se han cosechado los resultados
esperados. De los $797.4 millones que Honduras recibió en
concepto de IED en 2010, $325.3 millones provinieron de
Estados Unidos. Unmontomenor a los $490.5millones que
llegaron un año antes.
Para evitar ese impacto negativo, Mejía Barahona ase-
gura que se necesita no solo de políticas, incentivos y fondos
frescos para el desarrollo de inversiones que promuevan la
producción, sino también un buen plan de promoción de
exportaciones. Un punto, este último, en el que coincide el
representante de la SIC.
Aún así, cuando Redondo hace un balance de los otros
TLC suscritos por el país, el funcionario ve más puntos a
favor. Así, señala, en el caso del acuerdo con México ya se
cumplieron 10 años, con lo cual se llega a la etapa final de la
desgravación. Por otra parte, el funcionario sostiene que
con Taiwán todavía hay muchas oportunidades que no se
están aprovechando y mientras en los casos de Chile,
Colombia y Panamá, los tratados son todavía recientes,
prácticamente ninguno supera los tres años de vigencia.
Buena parte del optimismo actual también está puesto
en el acuerdo negociado con Canadá, país con quien
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