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“rezagadas”, según el viceministro, y
que ayudarán a un mayor aprovecha-
miento de los TLC.
Ambos enfoques, mayor apertura y
apoyo a la producción, responden al
reto de diversificar los destinos y la
oferta exportable de El Salvador (que
son 2,700 productos pero de estos 25
representan casi el 80%).
Rigoberto Monge, coordinador del
sector privado para las negociaciones
comerciales internacionales de la Or-
ganización Salvadoreña de Apoyo al
Sector Privado (ODASP), valora los
efectos de los TLC en las exportaciones
como “buenos”, en el sentido que con
algunos países se ha mejorado la ba-
lanza comercial.
Pero los sectores productivos de-
mandan apoyo para mejorar su com-
petitividad y aumentar su producción.
Según Monge, el país usa su capacidad
industrial instalada en 65%.
La directora ejecutiva de la Cor-
poración de Exportadores de El Salvador
(COEXPORT), Silvia Cuéllar, es clara
sobre el que tener un TLC no significa
más exportación per se; destaca que
estos acuerdos agregan más retos a los
exportadores para mejorar su compe-
titividad y para cumplir los requeri-
mientos para vender a estos mercados.
En cuanto a la inversión, Monge
valora que no se han tenido los flujos
que se hubiesen esperado, pero explica
que, si bien es cierto han transcurrido
10 años con mercados abiertos, los
impactos son más tardados y depende
de las medidas de los países para me-
jorar el entorno.
El panorama reta al país amejorar su
productividad y su competitividad, así
como a diversificar más los mercados y
la oferta exportable para ser menos
vulnerables ante la dependencia de una
o pocas plazas de compradores
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