Page 58 - EE-Noviembre

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Guillermo Meléndez, hicieron realidad aquel sue-
ño de transformar el proceso artesanal por el nuevo
ingenio El Ángel.
A partir de entonces la historia azucarera sal-
vadoreña se comenzó a escribir, ya que fue uno de los
ingenios que dio paso a la producción industrial,
comercialización local y exportación de este pro-
ducto, que hoy sigue más vigente que nunca.
El ingenio El Ángel fue dotado de grandes
trapiches de tracción animal, salas de calderas y
máquinas para el refinamiento del azúcar, lo-
grando, en su primer año de funcionamiento,
producir 20,000 quintales de azúcar, disparando
las exportaciones nacionales.
La empresa azucarera se mantuvo en manos de la
familia Meléndez Ramírez por 77 años, atravesando
una serie de períodos, entre ellos la gran depresión
de los mercados de valores en Nueva York en la
tercera década del siglo XX.
Otro período en el que el ingenio El Ángel cobró
importancia fue cuando Carlos y Jorge Meléndez fueron
presidentes de El Salvador, en el período político que se conoció
como la dinastía Meléndez-Quiñónez (de 1913 a 1931).
Para esa época El Ángel ya era uno de los centros productivos
más importantes del país, con una producción de 60,000
quintales de azúcar en 1915, pero también era el centro de las
reuniones donde se tomaron muchas de las decisiones im-
portantes en la política nacional.
El declive de la administraciónMeléndez en el ingenio fue en
1967, cuando los Meléndez se declararon en quiebra, producto
de las diferencias familiares que hicieron imposible continuar
administrando la compañía, por lo que la propiedad paso a
manos del Banco Hipotecario.
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En 1969, un grupo de cinco amigos, liderado por Guillermo
Borja Nathan, decide arriesgarse y asumir las responsabilidades
financieras del ingenio, logrando con éxito que El Ángel volviera
a alzar el vuelo.
Los nuevos accionistas son Guillermo Borja Nathan, Jorge
López Harrison, Enrique Allwood, NenaWright de Ávila y Juan
Wright (padre).
Ellos han logrado que el legado de la familia Meléndez siga
vivo; de hecho, el actual presidente, JuanWright (hijo), es parte
de la generación de los Meléndez, pues doña Mercedes
Meléndez fue su tatarabuela.
Pero no todo ha sido tan dulce para esta firma que en los más
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a hacienda El Ángel, ubicada en las tierras co-
munales de Apopa, Ayutuxtepeque, Paleca y Cus-
catancingo, en el norte de San Salvador, fue por
muchos años uno de los principales terrenos de
cultivo de añil, principal producto de exportación
del siglo XVII.
Pero en 1862 la vocación de estas tierras fue modificada por
don Rafael Meléndez, quien comenzó a sembrar caña de azúcar
hasta llegar a equipar la hacienda con un trapiche, en el que de
manera artesanal se producía azúcar de pilón, proceso que se
mantuvo por unos 20 años.
En ese momento, la principal producción del sector azu-
carero era el mascabado, una panela oscura, pulverizada en
granos gruesos mediantes golpes de martillo o de troncos de
madera.
Estos se empacaban en sacos de 60 kilos que eran enviados
a los mercados de Nueva York y Hamburgo.
DonRafael tenía el sueño de superar esa producción artesanal
de panela y, dar paso a la fabricación industrializada e intensiva
del azúcar y crear un ingenio en los terrenos de la hacienda, lo
que no pudo ver realizado porque falleció en 1880.
Dos años después de su deceso, su viuda, doña Mercedes
Meléndez Ramírez, y tres de sus 10 hijos, Carlos, Jorge y