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n la fría región occidental de La
Libertad, Huehuetenango, se
localiza El Injerto. Una finca de
720 hectáreas, ocupada en un
65% por antiguos bosques nu-
bosos que rodean las plantaciones de di-
ferentes variedades de café, cuya calidad de
taza excepcional es reconocida a escala
mundial.
El nombre fue institucionalizado en 1900,
cuando se inició la finca con cultivo de café.
Sin embargo, esta fue establecida en 1874 por
su fundador, Jesús Aguirre Panamá, quien en
sus inicios se dedicó al cultivo de caña de
azúcar para producción de azúcar cristalizada
conocida como panela. De igual manera
cultivó maíz, frijol y haba.
Con las primeras matas de café arábigo de
la variedad Bourbón, Aguirre Panamá inició
una cultura enfocada en la calidad del grano,
que incidió también en el desarrollo agrícola
de la región. Cultura que sus descendientes
han continuado y que le ha dado a El Injerto,
gracias a la altura, al microclima y a la mano
de obra, un prestigio mundial por el sabor
excepcional que el grano que ahí se produce
ofrece para los paladares más exigentes.
Muestra de ello es que de 2002 a 2011, el
Injerto se ha ubicado en los primeros dos
lugares de la subasta electrónica “Cup of
Excellence”, que busca cafés catalogados co-
mo “excepcionales” y que es desarrollada por