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i bien existe un debate sobre la necesidad de
actualizar la política migratoria y laboral acorde
al fuerte desarrollo que experimenta el país, para
algunos analistas consultados, no existe duda de
que Panamá sobresale ya por el trato único que
ofrece a los inversionistas; un trato que, según ellos, no
encuentran en otros mercados.
En los últimos años, decenas de em-
presas se han instalado en la nación en la
medida en que la economía se ha man-
tenido fuerte frente a la recesión global,
mostrando como principales atractivos
su canal interoceánico, su ubicación geo-
gráfica, y una estructura logística que
refuerza su posición como “hub” de ne-
gocios en el continente.
Gina de Illueca, del Bufete de Abo-
gados Illueca dice que más allá de ser una
economía estratégica para el comercio
mundial, a lo largo de su historia Panamá
se ha destacado como “un país con leyes
flexibles para invertir” en un intento por atraer capitales
extranjeros.
En ese tema cita, por un lado, la supresión de visas para
países que no son considerados de riesgo como los europeos,
lo que ayuda a la movilización de ciudadanos en ambas
partes, y, por otro, la ventaja de que el país se rige por los
principios de territorialidad fiscal. A eso se suma la creación
de la ley de sociedades anónimas, y las facilidades que la
nación ofrece a través de las áreas especiales como la Zona
Libre de Colón, las zonas procesadoras, y el Área Económica
Especial Panamá-Pacífico.
Asimismo, en 2007 se creó la Ley 41 de sedes regionales de
empresas multinacionales. Un marco que ha generado buenos
resultados. Desde ese año, más de 60 compañías globales se
establecieron en Panamá bajo los beneficios del referido estatuto
que van desde ventajas laborales hasta fiscales.
De Illueca, reconoce que los avances son innegables pero
considera que “todavía se podríamanejarmejor el tema de costos
operativos y la ofertamigratoria siempre que se sopese el tema de
seguridad”, lo que facilitaría la legalización de ejecutivos y la
entrada de técnicos en especialidades que no existen o son
deficientes en el país.
Otros abogados consultados también ven la importancia de
que frente a la llegada cada vezmás creciente de nuevas empresas
al país, se garantice el cumplimiento de las leyes laborales
vigentes que establecen deberes y derechos entre empleados y
empleadores.
De allí que una de las principales recomendaciones que
Illueca da a sus clientes es que una vez registrada la compañía en
el Ministerio de Comercio e Industrias o a través de los
regímenes especiales, se informe sobre las bases legales para
contratar personal.
En Panamá, las relaciones laborales están regidas por el Código
de Trabajo, que data de la década de los setenta. Este, sin
embargo, ha soportado, a lo largo de los años, reformas mediante
las cuales el gobierno ha tratado de actualizar sus preceptos con
base en las nuevas exigencias del mercado.
El código define deberes y derechos de empresarios y
trabajadores, incluyendo la importancia de establecer los con-
tratos laborales, y la obligación de un reglamento interno si es
una compañía con más de 10 trabajadores.
El Código también establece el cumplimiento ineludible de
beneficios laborales para el empleado como el salario mínimo,
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