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unque los términos “economic slowdown” y
“unemployment” vengan en inglés, los hogares
más humildes en Centroamérica están sin-
tiéndolos en carne propia. La lentitud de la
economía estadounidense está dejando, por ter-
cer año consecutivo, un panorama deslucido para las remesas
familiares.
A corto plazo, no todo el escenario es gris: los envíos
monetarios por remesas mejoraron en 2011. Para El Salvador,
por ejemplo, aumentó 5.8%, pues recibió $3,008.3 millones;
Guatemala lo hizo en 6.1%, ya que logró $3,656 millones.
Honduras avanzó 8.5%, al recibir $2,335.3 millones, todas en
cifras acumuladas a octubre comparadas con el mismo período
de 2010, provistas por los bancos centrales.
En todo caso, la región cruza los dedos para que las remesas
recuperen —o al menos estén más cerca— de su máximo
momento de apogeo, en 2008, cuando rozaron los $12,000
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