Revista El Economista - Septiembre 2019

34 • El Economista www.eleconomista.net Septiembre - Octubre 2019 títulos de deuda de las entidades pri- vadas. En el siguiente van los bonos corporativos a largo plazo, de ahí las acciones o los títulos de rendimiento variable y, en la cúspide, están los derivados de otro tipo de productos más sofisticados. “Guatemala ha logrado cubrir los primeros dos tramos de esta pirámide, y está en el desarrollo de ese tercer tramo; el de los bonos corporativos y hacer que el mercado de capitales se vuelva una fuente de financiamiento alterna para las corporaciones. Ese es el siguiente paso. Se tiene claro el norte de éste y los siguientes pasos que se deben dar” explica Waldir Contreras, director de supervisión y vigilancia de la BVN. Entre los instrumentos financieros se encuentran los pagarés por exce- lencia, por medio de los cuales, los emisores buscan obtener fondos que mediante el mercado de valores co- lectan de los inversionistas para fi- nanciar su capital de trabajo. De igual manera, se negocian acciones prefe- rentes de emisores y el mercado de dinero, el cual está conformado por los reportos de diferentes plazos. Lospasosenlapirámide Fuera de la BVN, hay 17 agentes de bolsa autorizados para realizar las gestiones respectivas. Estos trabajan con la Central Depositaria; la central de valores nacional que, por dele- gación de la casa de bolsa, se encarga de la liquidación de operaciones que los agentes han realizado. De acuerdo con datos al mes de agosto pasado de la BVN, en el mercado primario se comercializaron alrededor de $278.0 millones (2,135.3 millones de quetzales) aproximadamente $156.1 mi- llones (1,199.0 millones de quetzales) en reportos. En moneda extranjera en el mercado secundario privado se regis- tran alrededor de $162.3 millones y unos $49.1 millones en reportos. Porcentualmente el volumen ne- gociado se divide en un 64 % para el mercado primario público y otros; un 35.97% para el mercado de re- portos y, 0.03% para el mercado pri- mario privado. Entre estos rubros, al 30 de agosto el movimiento anual sumó aproximadamente $66,348.9 millones (509,613. millones de quetzales) y en moneda extranjera, $8,274 millones, al cambio del día de 7.6 quetzales por $1.00. Aparte de los Certificados de Depósito a Plazo (CDPs) que emite el gobierno por medio del Banco de Guatemala, con el fin de controlar el nivel de liquidez de la economía nacional, el Ministerio de Finanzas Públicas emite bonos del Tesoro para comercializar en el mercado local conocidos como Certibonos, que son negociados en el mercado primario. Estos son apetecibles para grandes inversionistas insti- tucionales como bancos, financieras y aseguradoras. Pero también está la posibilidad de que los ciudadanos a partir de unos $1,302.00 en adelante puedan acceder a comprar bonos del Tesoro con tasas de más del 6 %, dependiendo el plazo. Esta es una opción que democratiza su colocación, como parte del incentivo para que la ciudadanía ahorre, con una rentabilidad arriba del porcentaje inflacionario (que está entre el 4 % y 5% según las estimaciones del Banco de Guatemala). Para este cometido la cartera del Tesoro abrió un tramo aproximado de $13 millones (100 millones de quetzales). “Si bien hay cosas que están pasando, todavía hay camino por recorrer. Aún no se da ese salto a un punto donde existan empresas nacionales cuya estructura de capital, en su mayoría, se haya financiado cotizando en la Bolsa. La fuente de fi- 0.03 % del total delmovimientobursátil representaelmercado primarioprivado, un64%espúblicoyel restoreportos. “Guatemala está enel desarrollode ese tercer tramo, el de los bonos corporativos yhacer que el mercadode capitales se vuelvauna fuente de financiami- ento alterna para las cor- poraciones. Ese es el siguiente paso”. WALDIR CONTRERAS, director de supervisióny vigilancia de la BVN. EL ECONOMISTA/CORTESÍA • La Bolsa de Guatemala está iniciando pláticas con la Bolsa de El Salvador para tener corresponsalías.

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