El Economista Agosto/Septiembre 2025

el área habitacional, turística y logística industrial, es donde se está teniendo más inversión. Empresas salvadoreñas como Grupo Poma están finalizando un complejo de más de 500 apartamentos, una residencial de casi mil viviendas, otra más de 3,000 y alistan la construcción de un hotel de lujo, las inversiones suman más de $900 millones. Otras compañías como Aristos ha anunciado la inversión de $400 millones en proyectos de tecnología, logística y comercio electrónico. Esa inversión ya empezó con su centro de datos, con un parque logístico aeroportuario y con bodegas industriales. Y la lista es amplia: apartamentos, centros comerciales en las principales ciudades del territorio, plantas de producción de empresas locales que están creciendo, y también llegan otras foráneas pero no logran alcanzar ni el peso ni los montos que generan en los otros mercados de la región. El Salvador ha sido el país menos atractivo de Centroamérica para la llegada de la IED, según detallan los datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Y ello a pesar que ha mejorado notablemente en materia de seguridad. Solo el año pasado los $640 millones que llegaron solo fueron el 5% del total que ingresó a Centroamérica ($13,533 millones), y representó una caída del 11% respecto al monto recibido en 2023; además, significó la mitad de lo que ingresó a Honduras y Nicaragua que fueron $1,309 y $1,352 millones, respectivamente. Con este resultado, el indicador de llegada de IED para El Salvador se ubicó en un nivel similar al de 2019, cuando alcanzó los $636.1 millones. En 2020, la economía sufrió el impacto de la pandemia y la IED cayó a $24.4 millones; en 2021 la inversión extranjera escaló hasta los $385.6 millones para descender a $172.4 millones en 2022 y en 2023 logró $760 millones, esta última es el monto más alto recibido desde 2018. En 2021 el Gobierno salvadoreño aseguró que iba a crear las condiciones necesarias para atraer más inversiones y “La incertidu m b re macroeconómica global, volatilidad y conflictos geopolíticos, que generan incertidumbres en las empresas inversionistas, adoptando estrategias más defensivas y reduciendo sus inversiones”. JO S É SALAZAR-XIRINACHS, secretario ejecutivo de la CEPAL al inicio del segundo mandato presidencial de Nayib Bukele, anunció el plan de despegue económico que entre otras cosas implicaba la “concesión” de los puertos del país (Acajutla y La Unión) por 50 años que implicará una inversión de $1,600 millones por parte de la empresa turca Yilport. Solo la llegada de esta compañía hizo que los anuncios de inversión de 2024 que fueran 16 y llegaran a un valor total histórico de $2,100 millones, superando su promedio de 2010-2023 de $370 millones, señalaba CEPAL. Además del anuncio de Yilport, se anunció una inversión de $200 millones del Grupo Bimbo y la compañía DELSUR por $100.1 millones para 2025 y 2028, que servirá para modernizar el sector eléctrico. ¿Porqué no? José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la CEPAL, señaló que “la incertidumbre macroeconómica global, volatilidad y conflictos geopolíticos”, afectan la inversión ya que “generan incertidumbres en las empresas inversionistas, adoptando estrategias más defensivas y reduciendo sus inversiones, lo que frena nuevos aportes de capital y privilegia la reinversión de utilidades de empresas ya establecidas”. Para el Secretario de la CEPAL, “el aumento del proteccionismo, que al mismo tiempo que crea incertidumbre en las cadenas de suministro globales y desviación de inversiones, también podría generar en el mediano plazo oportunidades para la relocalización de la producción”. La proximidad de la región a los Estados Unidos abre una “ventana de oportunidad” para países como El Salvador, especialmente en el sector manufacturero, una vez que se aplaquen las diferencias comerciales en la región, detalló. Algunas gremiales empresariales y centros de pensamiento han destacado desde hace algunos años, las oportunidades que tiene El Salvador para poder atraer inversiones como consecuencia de fenómenos como el “nearshoring”, es decir, el traslado de operaciones de empresas a países que están más cerca de sus sedes para reducir costos. Sin embargo, Salazar-Xirinachs advierte que esa absorción de inversiones “podría estar limitada en términos de talento humano, infraestructura, estabilidad política a largo plazo e institucionalidad”. “El aumento actual en proyectos de inversión en sectores estratégicos como las energías renovables y las tecnologías estratégicas abren oportunidades de inversión”, puntualizó sobre el caso salvadoreño. El Economista www.eleconomista.net Agosto - Septiembre 2025 • 19 $ 6, 8 52 MILLONE S fue la inversión privada en El Salvador en 2024, según el Banco Central de Reserva. La mitad fue generada por la construcción.

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