Revista El Economista julio/agosto 2025

esta materia”, recalca. Para Mora el patrón del retroceso institucional y político, ha tenido características comunes, uno de ellos es el intento de cooptar la institucionalidad por parte del poder ejecutivo; además de la concentración del poder eliminando la independencia entre los distintos ámbitos del Estado. ¿Por qué es importante en una democracia la se separación del poder? “lo que se llama el sistema de pesos y contrapesos es algo que ha sido definido como un principio básico de la democracia, no porque alguien se ocurriera de pronto a otro…y ese mecanismo es lo que permite evitar el abuso del poder”. Mora explica que cuando el poder está concentrado, no hay mecanismos de contención que “limiten ese abuso como sucede el caso de Nicaragua y de El Salvador, donde el poder ejecutivo realmente tiene el control de toda la institucionalidad del Estado”. El informe destaca como el poder de concentración de la presidencia en ambos países llega al 100% emulando o superando los datos de la década de los 80. Otro de los problemas por lo que está atravesando la región es la restricción de libertades y derechos ciudadanos; que implica la libertad de organización, tanto en organizaciones de la sociedad civil, como en partidos políticos y el ataque a la prensa, a los medios de comunicación y a los periodistas, especialmente aquellos que son críticos de la gestión del ejecutivo. Más populistas A ello se suma que en que las ciudadanías están cada vez más apáticas, en relación con la democracia y el sistema político. “Esta apatía es justificada, porque de alguna manera evidencia la incapacidad del sistema político institucional de dar respuestas oportunas a las necesidades y expectativas de gente”, agrega Mora. Para el experto, la democracia es mucho más que elecciones y ya que debe tener en la base la búsqueda del bien común, que la gente viva mejor y cuando eso no sucede o se olvida, el sistema se erosiona. Según el informe, hay tres grandes grupos de población con posiciones distintas en relación al sistema político. El primero, es la población que considera que la democracia es el mejor sistema de gobierno y además, se opone a la concentración del poder y suscribe que la actuación de quienes gobiernan debe ajustarse a la Constitución y las leyes vigentes. El Economista www.eleconomista.net Julio - Agosto 2025 • 67 Mayor crecimiento económico El informe también detalla que los niveles de crecimiento económico que han tenido los países en las últimas décadas, han sido en promedio superiores al crecimiento promedio de América Latina y el Caribe. “Eso no ubica en una posición o con cierta ventaja, pero hay algunos factores que sí, preocupan en relación con esto con este desempeño económico y es que hemos crecido gracias a que tenemos un proceso de transición demográfica que nos permite agregar cada vez más al mercado laboral, porque tenemos abundancia de recursos humanos en edad productiva de 15 a 64 años, pero no gracias a mejoras en la productividad laboral”, dice Mora. El informe señala que la productividad se ha mantenido estancada en la mayor parte de los países. En 2023 el producto por trabajador promedio de C.A. fue de $36.68, un 16% más bajo que el promedio latinoamericano. Representó, además, apenas un 33% del nivel promedio de este indicador en los países de la Unión Europea y un 24% del de Estados Unidos, reza el informe. ¿Qué limita las mejoras en la productividad? para Mora, al menos dos factores principales. El primero de ellos, la ausencia de políticas de fomento a la producción que incentive la modernización productiva; y “es que en la mayor parte de nuestros países todavía buena parte de la población económicamente activa está ocupada el sectores de baja productividad, el sector agropecuario, aunque representa una baja proporción del PIB y representa una proporción mucho más mucho mayor del mercado de trabajo del empleo lo cual también sucede en otras actividades de baja productividad, como el comercio y el sector informal. Entonces por ahí hay un origen y el otro origen tiene que ver con el bajo nivel educativo de nuestra población”, asegura. El informe señala que nuestros países entre 40 y el 88 % de la población de 15 a 64 años tiene secundaria incompleta o menos, quiere decir menos de 12 años de educación formal y con estos bajos niveles educativos definitivamente es muy complicado incursionar en el empleos o tener acceso a empleos de mejor calidad de mejor productividad y de mejor remuneración. “Este es un binomio que es necesario resolver para realmente sentar las bases para un crecimiento económico, sostenible y de alta productividad en las próximas décadas”, agrega. El informe destaca que para que países como El Salvador y Guatemala llegaran al promedio de PIB per cápita de América Latina les tomaría 18 años; aunque hay otros países de la región que no llegarían en este siglo. “Tiene mucho que ver el nivel de crecimiento, si bien a nivel regional el desempeño ha sido muy positivo y a niveles superiores de América Latina; los ritmos de crecimientos entre los países son muy distintos y este dinamismo ha sido impulsado sobre todo por Costa Rica, Panamá, Belice y en los últimos años, también por Nicaragua”, detalla Mora. Asimismo, se mantiene la desigualdad de crecimiento entre los países del triángulo norte y sus pares de más al sur. Para Mora esta brecha ya existía en 1990 y en los siguientes años se ha profundizado. Los países más dinámicos apostaron por la economía internacional mediante el comercio, mediante la atracción de inversiones extranjera directa y de turismo. “Y en los países del norte por la exportación de gente y flujos crecientes de remesas; lo cierto es que los países del sur lograron impulsar dinámicas productivas de mayor valor agregado y esto por supuesto ha contribuido también a que tenga mayor dinamismo y por supuesto a ensanchar la brecha de crecimiento entre los países”, puntualiza. •

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