La adopción de la Inteligencia Artificial (IA) en las universidades promete mejoras en el aprendizaje, pero plantea riesgos éticos y demanda nuevas competencias. La inteligencia artificial ha comenzado a tener un impacto visible en los entornos universitarios. Sus aplicaciones van desde herramientas que permiten personalizar el aprendizaje hasta sistemas que ayudan a prevenir la deserción estudiantil. En el contexto de la educación superior, esta tecnología plantea tanto oportunidades como retos que requieren atención crítica y planificación a largo plazo. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) ha desarrollado marcos de competencias dirigidos a estudiantes y docentes, con el fin de facilitar una integración segura y ética de la inteligencia artificial en el ámbito educativo. Estos marcos se centran en promover el pensamiento crítico, el uso responsable de la tecnología y la comprensión de los riesgos que puede implicar. La UNESCO plantea que los docentes deben contar con formación continua para aplicar la inteligencia artificial de manera responsable. En el La inteligencia artificial en la universidad entre retos urgentes y grandes oportunidades A pesar de los avances que trae consigo la inteligencia artificial no es una solución para los problemas estructurales como las desigualdades persistentes en el acceso al conocimiento. caso de los estudiantes, esta tecnología permite experiencias de aprendizaje personalizadas, con plataformas que ofrecen retroalimentación inmediata y recursos adaptados a sus necesidades. El Banco Mundial también advierte en su informe “La revolución de la IA en la educación: lo que hay que saber (2025)” que esta herramienta no debe verse como un reemplazo de la experiencia humana, sino más bien como una forma de mejorar y escalar el impacto del juicio y las habilidades humanas. Por ello, la implementación de la IA debe ser parte de una estrategia educativa integral, con políticas públicas claras, acceso equitativo a internet y criterios éticos en el diseño de las soluciones tecnológicas. La inteligencia artificial puede aportar valor real a la educación superior, la clave está en el equilibrio, aprovechar su potencial sin dejar de lado el papel del pensamiento pedagógico, el compromiso docente y el enfoque humano. 54 Especial Líderes de la educación superior Centroamérica
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