El Economista febrero-marzo 2025

la ayuda estadounidense para alimentos y medicinas está enfrentando las implicaciones de no tenerla después de la iniciativa de Trump para desmantelar USAID y su misión de seis décadas de estabilizar países mediante la ayuda humanitaria. “Estamos esperando las decisiones, pero no somos muy, diría yo, optimistas”, indicó Arjana Qosaj Mustafa de la Red de Mujeres de Kosovo, un grupo paraguas de 140 ONGs. “Pero, no obstante, somos resilientes. Así que intentaremos hacer lo mejor posible”. Control absoluto Envalentonado por su reelección y con ayuda de Elon Musk, Trump ha desatado su caos característico por distracción en el mundo. “Inundar la zona” y los ejemplos establecidos Las órdenes y declaraciones presidenciales —ha sugerido anexar Canadá y tomar control del Canal de Panamá— ocurren a una velocidad que puede atomizar la oposición. Ninguna persona o gobierno puede seguirles el rastro a todas. Y eso, más que la claridad, es el efecto de lo que los aliados de Trump llaman “inundar la zona”. ¿Tienes un problema con eso? Trump tiene una respuesta: trabaja y averígualo. Así lo expresó en redes sociales, con una grosería. Pregúntale a Colombia qué sucede cuando dices no a Trump. Su presidente brevemente se negó a aceptar aviones llenos de inmigrantes deportados, hasta que Trump amenazó con imponer aranceles. Colombia aceptó a los inmigrantes. Boom, ejemplo establecido. La táctica ha deleitado a los seguidores de Trump, quienes lo apoyaron durante la elección de 2024, influenciados en gran medida por su ansiedad sobre la economía y sus propias finanzas, según APVotecast. Trump dice que está tratando de ahorrar dinero de los contribuyentes y gastarlo en asuntos que se alinean con los intereses estadounidenses. Groenlandia y la Franja de Gaza son otros ejemplos. Trump, quien dice promover una agenda de “Estados Unidos primero”, dice que Estados Unidos tomará control de esos territorios. Eventualmente descartó el uso del ejército para trasladar a otro lugar a los dos millones de habitantes de Gaza, pero su plan de desarrollar el enclave costero en un complejo turístico de lujo aparentemente sigue en pie. No importa que amigos y enemigos consideran la idea inviable. La poderosa Arabia Saudí emitió un “rechazo absoluto” de ella. O que podría poner en peligro el frágil cese al fuego en Gaza y el tratado de paz entre Egipto e Israel. También podría violar el derecho internacional. Además, los palestinos que regresan a lo que una vez fueron sus hogares después de 15 meses de implacables bombardeos dicen abrumadoramente que no se irán. Pero el plan de Trump ha encontrado apoyo en Israel, donde los líderes se han cuidado de decir que la salida sería “voluntaria” en lugar de una expulsión forzosa, lo que constituiría un crimen de guerra. “No somos un mal aliado”, encontró necesario decirle a los periodistas la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, como otros líderes que se defienden mientras responden a la administración Trump. En este caso, según el Copenhagen Post, Frederiksen respondía a los comentarios del vicepresidente JD Vance en “Sunday Morning Futures” de Fox News, donde afirmó que Groenlandia “no está siendo un buen aliado”. Repitió que una adquisición estadounidense de Groenlandia era “posible”. Esto ocurrió después de que Frederiksen viajara el mes pasado a capitales europeas para instar a otros países del continente a responder unánimemente contra la promesa de Trump de hacer de Groenlandia parte de Estados Unidos. Dinamarca también ha legislado para combatir el racismo hacia los groenlandeses y ha enviado $2,000 millones a la isla ártica para su seguridad. Federiksen también compartió una foto en Facebook el 29 de enero de líderes europeos cenando en su casa, con la leyenda: “Siempre hemos estado unidos en los países nórdicos. Y con la nueva y más impredecible realidad a la que nos enfrentamos, las buenas y estrechas alianzas y amistades solo han cobrado mayor importancia”. El sentimiento se está extendiendo a grupos más grandes. Una reciente reunión de líderes de la UE en Bruselas, que se suponía que era sobre el fortalecimiento de la defensa contra la amenaza rusa, terminó centrada en gran medida en Trump. “Tenemos que hacer todo lo posible para evitar esta guerra de aranceles o guerra comercial totalmente innecesaria y estúpida”, indicó a los periodistas el primer ministro polaco, Donald Tusk. Afirmó que las amenazas de aranceles de Trump a la UE representan “una seria prueba” para la unidad europea, y “es la primera vez que tenemos un problema así entre aliados”. Los líderes europeos dijeron que iban a esperar para ver los detalles de lo que Trump está proponiendo. Mientras tanto, en Groenlandia, los comentarios de Trump han alimentado una lucha generacional por la independencia total de Dinamarca y se han convertido en un tema clave antes de las elecciones de marzo. • El Economista www.eleconomista.net Febrero - Marzo 2025 • 51 2 5% es el arancel que impuso Donald Trump al acero y al aluminio.

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