El Economista www.eleconomista.net Diciembre 2024 - Enero 2025 • 57 convierten en campeones mundiales de bebidas alcohólicas elaboradas a partir de cacao. El producto se comercializa en el mercado local en plazas especializadas en ofrecer experiencias; los planes son llevarlo a nivel de exportación regional. De hecho, ya hay expertos en esas opciones de mercados que han conocido el producto y están interesados en distribuir en negocios específicos de Estados Unidos y en Italia que ya lo conocen pues es donde han participado en las competencias. “Estamos revalorizando el nombre de Guatemala en cuanto a bebidas elaboradas a partir del cacao, que pueden ser muy populares en la gastronomía y coctelería”, afirma la creadora. Un modelo a seguir El modelo de negocio también promueve la sostenibilidad en su esencia. La finca no solo se beneficia de la producción de cacao, sino que también establece un sistema de pago justo a otros productores, incentivando prácticas agrícolas responsables y la colaboración entre fincas de diferentes tamaños. Esto no solo mejora la calidad del producto final, sino que fomenta una comunidad empresarial más fuerte y consciente. A medida que la finca se establece en el mercado, las proyecciones de crecimiento son ambiciosas. La capacidad de producción actual es de 2,200 botellas de 750 mililitros y los planes en el corto plazo es de incrementar dicha capacidad a 33,000 unidades. Este enfoque no solo es atractivo para los inversionistas, sino que también puede llegar a ser un modelo a seguir por otros negocios, integrando la sostenibilidad como un pilar fundamental. El éxito de la finca Flores de Miriam es un testimonio de que la innovación y la sostenibilidad pueden ir de la mano. En un mundo donde los jóvenes buscan cada vez más empresas que se alineen con sus valores, este modelo de negocio representa una llamada a la acción para aquellos que aún se aferran a enfoques tradicionales. “La historia del licor de cacao es un recordatorio de que, si se trabaja de manera consciente y colaborativa, no solo se puede generar riqueza, sino también un impacto positivo en la comunidad y el medio ambiente”, dice Rivera Dávila. Para ella, en un país donde las oportunidades son limitadas, iniciativas como esta son cruciales para retener el talento y los recursos humanos. “Si los empresarios convencionales se atreven a innovar y a apostar por la sostenibilidad, Guatemala podría ver un florecimiento del emprendimiento que revitalice su economía y brinde esperanza a las nuevas generaciones. Es importante como empresarios pensar en la parte de sostenibilidad. Que empecemos a hacer algo no sólo desde el punto de vista ambiental, sino también financiera, social y que podamos crear dinámicas positivas en las áreas donde operamos, tanto en la parte agrícola como en la industrial”, agrega. Los jóvenes están más inclinados a eso, comparte Rivera Dávila. Y señala que es una buena práctica hablar y fomentar este tipo de dinámicas positivas en el país. “Al final lo que más perdemos es gente, cerebros valiosos que realmente no pueden trabajar bien porque no encuentran oportunidades. Se gradúan, pero, ¿en dónde trabajan? Está bien que en el país haya mucho emprendimiento, pero también hay que pasar a la formalización para que se pueda crecer y generar más empleos, concluye quien también funge como presidenta de la Cámara de Alimentos y Bebidas de Guatemala (CABG). • •El producto se comercializa en el mercado guatemalteco en plazas especializadas. EL ECONOMISTA/CORTESÍA “La historia del licor de cacao es un recordatorio de que, si se trabaja de m a ne ra consciente y colaborativa, no solo se pue de generar riqueza, sino también un i mpac to positivo en la comunidad y el medio ambiente”. MARÍA F. RIVERA DÁVILA, gerente de Mil Alas Spiritis
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