El Economista - Octubre 2024

HOBBY + EN EL DIVÁN NOV E L A Irma Cantizzano ARTURO PÉREZ-REVERTE Una aventura de piratas y amor en alta mar Suena de fondo “Parlez moi d’amour” de Lucianne Moyer en una ciudad griega, unas páginas después suena “Volver” en un salón de Estambul, o más adelante Tino Rossi cantando tango en italiano, canciones que forman parte de la banda sonora de esta historia de aventuras de Arturo Pérez Reverte. Porque “La isla de la mujer dormida” (Alfaguara, 2024) es un libro de aventuras de piratas, de barcos, de mapas, de rutas, espías, de algo parecido al amor que atrapa desde la primera página y al final queda la sensación de querer esperar, y soñar que existirá una segunda parte. La historia arranca en 1937 en plena guerra civil española, cuando un grupo de sublevados intenta frenar el envío de armas desde la Unión Soviética a los militantes de la República y contratan a un marino mercante para tal fin. Este marino, es un español griego, Miguel Jordán Kyriazis que tenía que organizar una base en el mar Egeo para “atacar el tráfico de los rojos con una lancha torpedera”; eso implicaba dejar de ser un marino mercante y convertirse en un marino de guerra, y su misión era: hundir barcos enemigos y “procurar hundir tantos como pueda”. La misión se planificaba en España con datos enviados desde Estambul, donde los espías estaban a la orden del día, los de un lado y los del otro; es más, jugaban ajedrez juntos y visitaban el salón de Madame Aziyadé. Montar la base en una isla privada donde había estado una prisión turca y que tenía forma de una mujer dormida, no era fácil. Pero a Jordán alias “kapetanios Mihalis” la misión le cambió la vida. Ahí en medio del mar se unió a un grupo variopinto de marinos, cuatro griegos, un albanés, un holandés y un inglés. Unos excontrabandistas y otros exmilitares, juntos iban a dirigir a La Loba, la lancha torpedera que se convertiría en el “azote de las islas”. Esa isla privada donde estaba la base era propiedad del barón Katelios, que vivía al otro costado de la isla, junto a su mujer Lena y sus sirvientes. Katelios se había ido a refugiar a la isla y a escapar de la vida que llevaba y ella, lo siguió; ellos formaban un matrimonio diferente. Él un hombre de mundo hijo de empresarios, con título nobiliario; ella una ex maniquí rusa. Fueron felices un tiempo, pero después ella que lo amó dejó de hacerlo, y le dijo tal como él recordaba: “Te creía un héroe, pero ahora comprendo que fue mi imaginación la que te construyó: sin lo que yo imaginé no eres nada”. Así se convirtieron en una pareja llena de culpas y rencores, y la llegada del marino español con pinta de vikingo que hablaba un griego perfecto trastocó la rutina del matrimonio, de ellos que estaban “demasiados cansados para correr”. Y surgió la pasión, y sobre todo la necesidad de llenar esa soledad y tristeza que los absorbía a los dos. Pero las aventuras y la buena suerte no son eternas, aunque esta aventura puede que lo sea. • EL ECONOMISTA/CORTESÍA EL AUTOR •Arturo Pérez-Reverte es un escritor español que fue por más de 20 años reportero de guerra. Hoy comparte su vida entre la literatura, el mar y la navegación. Es el creador de la serie del Capitán Alatriste con ocho entregas, de la trilogía de Lorenzo Falcó, y en su haber tiene más de veinte novelas, entre ellas La Reina del Sur que fue llevada después a la televisión. Es miembro de la Real Academia Española y ha sido ampliamente galardonado por su trabajo. .• El Economista www.eleconomista.net Octubre - Noviembre 2024 • 69

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