con WCS para proteger los humedales del Parque Nacional Laguna del Tigre en Petén. Una iniciativa que incluye, además, programas de apoyo a la preservación en las 61,300 hectáreas de la reserva, el incremento de los monitoreos de detección de incendios, la construcción de corredores corta fuego y la dotación de hidratación y alimentos para los brigadistas. El último refugio para anidar La guacamaya roja (Ara Macao Cyanoptera), tiene un valor significativo en el mercado negro, lo que contribuye a su tráfico ilegal, especialmente en áreas protegidas como la RBM. La conservación de esta especie requiere un enfoque integral que abarque tanto la protección del hábitat como la reducción de la demanda en el mercado negro, pero la falta de recursos y la corrupción a menudo dificultan su efectividad. La RBM es el último reducto de la guacamaya roja en Guatemala, ahí se encuentra el área de anidación más importante para la especie en el país. La WCS con el respaldo de Conap, ha trabajado en la conservación de esta especie en peligro de extinción. Más de 9 años de trabajo se retomaron en 2022, pues se había suspendido por falta de fondos, y hoy ha logrado construir una amplia alianza con instituciones locales, nacionales e internacionales para la preservación e incremento en el número de estos ejemplares volando libres. Entre las entidades privadas que apoyan este programa es Grupo AJE, con su marca de agua Cielo, que se ha unido a los esfuerzos con una serie de intervenciones complementarias, como actividades de manejo diseñadas para potenciar la producción natural de pichones silvestres. Fase que se logra por medio de la incubación y crianza a mano, de pichones que se han caído de los nidos o que han rescatado en nidos abandonados. Estos pichones son criados en laboratorio, y al emplumar y estar en edad de vuelo, son colocados en una jaula gigante, para que aprendan a volar. Un ejercicio que se torna un tanto com- “Todavía te ne mos c i nco pichones del año pasado, de 26 que se liberaron.” RONY GARCÍA ANLEU, director del Departamento de Investigaciones Biológicas de WCS plicado porque entre los meses de abril y junio de este año, la Laguna del Tigre registraron más de 100 incendios, supuestamente la mayoría provocados, impactando en más de 20,000 hectáreas de bosque y humedales, según el Conap. Esa situación altera el periodo de cuidado que requieren los pichones liberados porque no hay suficiente vegetación en el área para encontrar semillas y frutas por la quema de árboles que les proporcionan el alimento a las aves, por lo que, se les tiene que facilitar alimento por un período más largo de lo habitual. “Todavía tenemos cinco pichones del año pasado, de 26 que se liberaron, porque no todos se van, algunos se quedan buen tiempo antes de alejarse hacia México. Eso es algo importante porque cuando termina la temporada de reproducción vuelan como 90 kilómetros hacia la parte de México. Y después regresan para reproducirse. Hacen dos migraciones al año”, explica Rony García Anleu, director del Departamento de Investigaciones Biológicas de WCS a cargo del laboratorio en el campamento Laguna El Perú de la RBM. Agrega que están incrementando la disponibilidad de sitios de anidación mediante la ampliación de cavidades naturales, instalación de nidos artificiales a prueba de halcones y la prevención de infestaciones de abejas africanas que, compiten por cavidades y que pueden ser letales para los pichones. Para la temporada 2024, dice, se han registrado 33 nidos activos y se continúa monitoreando el número de pichones que logran volar, calculando así el Índice de Éxito Reproductivo. La liberación más reciente se hizo en septiembre pasado, en esta ocasión sólo un pichón de 10 liberados no dejó de la jaula. El programa que apoya AJE incluye el monitoreo de nidos naturales, la habilitación de nidos artificiales y el acompañamiento después de la liberación. Además, parte del apoyo es mejorar la capacidad del laboratorio. Hace un año, facilitó un sistema de energía solar para mantener una criadora y una incubadora funcionando 24/7. Asimismo, la empresa apoya con entrenar al personal que alimenta a los pichones, que son criados a mano, con una fórmula elaborada artesanalmente. “Junto con otras iniciativas para proteger la biodiversidad de la RBM, la protección de la guacamaya roja busca generar impactos positivos en la biodiversidad de la región. El incremento en la población de guacamayas es un indicador de un ecosistema sano”, comenta Matheu. • 57. 2 libras de miel por colmena; la cosecha de este año. El Economista www.eleconomista.net Octubre - Noviembre 2024 • 53 EL ECONOMISTA/ENRIQUE CANAHUI
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgyMTE=