‘Fridomanía’ En las últimas décadas la pintora mexicana ha pasado de ser todo un ícono. 68 • El Economista www.eleconomista.net Julio - Agosto 2024 CULTURA +A RT E Í CONO Por:Amalia González Manjavacas/EFE Referencia Frida Kahlo, el dolor como compañero de vida Subasta. 'Diego y yo' de Frida se vendió en Sotheby‘s de Nueva York en $34.4 millones triplicando el récord conseguido por su marido. A los 70 años de su muerte, Frida Kahlo sigue siendo una artista inagotable, una de las personalidades que con mayor contundencia ha marcado la identidad femenina, rechazando la visión limitada del tradicional masculino. Feminista, luchadora social, y sobre todo una mujer que se enfrentó con valentía a las dificultades de la vida, a Frida Kahlo se la recuerda como el ícono que representa lo auténtico y la diferencia. Su mirada única y su forma de reivindicar su independencia en el arte pero sobre todo en su vida, Frida Kahlo representa la lucha de una mujer de apariencia frágil pero increíblemente fuerte contra toda imposición, golpe o dolor que le deparó la vida. Algo que contrasta con la ‘Fridomanía’ de los últimos años, que ha sometido su imagen a una excesiva utilización para todo lo vendible. Frida aparece en la moda, en todo tipo de complementos y objetos como omnipresente reclamo comercial. Hija y nieta de fotógrafos, Frida Kahlo (1907-1954) poseía un don especial para posar y no tuvo reparos en mostrar lo más dramático de sí misma pero siempre mostrándose sumamente enigmática, enseñando y ocultando al mismo tiempo. Su existencia estuvo marcada por dos tragedias. La primera, la poliomelitis que sufrió de niña y el accidente de tráfico que le cambió la vida a los 18 años. El autobús en el que viajaba fue embestido por un tranvía que casi la mata pero le destrozó la columna y la pelvis, obligándola a vivir entre corsés, más de 30 operaciones y tremendos dolores, con los aprendió a convivir. Fue durante sus largas y constantes convalecencias, cuando Frida aprendió a pintar y a revertir su dolor en ganas de vivir. Su madre le puso un caballete adaptado a la cama y un espejo de cuerpo entero para que se pintara. La vida de Frida Kahlo no se entiende sin la intensa y turbulenta relación que mantuvo con el muralista mexicano, Diego Rivera. La singularidad del matrimonio quedó reflejada en las dos casas en las que vivieron en México, que estaban unidas por un puente. Una de ellas, con la fachada rosada, era la de Diego. La otra, la azul, la de Frida. En 1938, realizó su primera exposición individual en Nueva York y vendió la mitad de las obras. Sin embargo, en México no tuvo una exposición individual hasta un año antes de morir. Autora de unas 150 pinturas, principalmente autorretratos, en ellos proyectó sus dificultades por sobrevivir, fue fotografiada por profesionales relevantes del siglo XX, llegando a convertirse en icono su propia imagen. Intuitiva, inquieta, irreverente y naif, como su pintura, pintaba su realidad: autorretratos donde aparecen de manera constante calaveras, camas y camillas, objetos punzantes, colibríes, símbolo de fortuna en el amor, o frutas, representación de la sexualidad. A lo largo del tiempo, Frida va formando su imagen y viendo lo que quiere transmitir de sí misma. Era consciente de que cada uno de sus retratos era una obra de arte y, por ello, había que prepararlo. • “Columna rota”A los 18 años un terrible accidente de tráfico le cambió la vida. El autobús en el que viajaba fue embestido por un tranvía. Fascinación Un visitante observa una fotografía de Frida Kahlo en la Casa de América, de la exposición “Frida Kahlo. La gran ocultadora”. EL ECONOMISTA/EFE/EPA/ANDY RAIN EL ECONOMISTA/EPA/REHAN KHAN EL ECONOMISTA/EFE/JENS KALAENE EL ECONOMISTA/EFE/JUAN M. ESPINOSA
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