El Economista - junio de 2024

antes había proclamado su política de Reforma y Apertura –con la que el país transitaba de una economía planificada a una de mercado– decidió establecer ahí la primera Zona Económica Especial (ZEE) de la nación asiática. La transformación, desde entonces, fue exponencial. Mientras en aquel año, su población ascendía a solo unos 330,000 residentes, para 2023 esta sobrepasaba ya los 17.6 millones de habitantes. En tanto que su PIB se dispararía desde los aproximadamente $280 millones, en 1980, hasta más de $490,000 millones, el año pasado. Hoy, la antigua aldea, situada en el delta del río de Las Perlas, en la provincia de Cantón, rivaliza con su cosmopolita vecina Hong Kong, y es sede de las más importantes empresas tecnológicas del país: Huawei, Tencent, BYD y ZTE, entre otras. Cruzada por amplios bulevares y avenidas arboladas, la ciudad captura el ojo del visitante por su horizonte moderno, plagado de rascacielos, donde sobresale la Ping An Financial Center, una torre de 599 metros de altura, la quinta más alta del mundo, pero también por elegantes conjuntos de vanguardistas diseños, como The Bao’An Performing Arts Centre, un colosal complejo cultural que se despliega frente a la bahía de Qianhai. Para los más tradicionalistas, Shenzhen ofrece también un paseo por Nantou, el corazón histórico de la urbe, un distrito residencial atravesado por callejuelas donde abundan talleres y pequeños negocios, que aún conserva buena parte de las murallas defensivas erigidas en el siglo XIV. Fusión de pasado y presente, Shenzhen es sin duda la alumna más aventajada y orgullosa de lo que el gobierno del país asiático ha dado en llamar “Socialismo con características chinas”. • El Economista www.eleconomista.net Junio - Julio 2024 • 79 TURISMO +VANGUARDIA EPICENTRO TECNOLÓGICO

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