El Economista - Septiembre de 2023

La variación climática global amenaza con reducir drásticamente el crecimiento económico en Centroamérica e impactar severamente la agricultura y la seguridad alimentaria en la región. Por: Zoraya Meléndez Bonilla El cambio climático supone desafíos enormes para la región de Centroamérica, la cual se caracteriza por tener una elevada vulnerabilidad. Esta área geográfica, marcada por su susceptibilidad, está expuesta a cambios en las condiciones hidrometeorológicas, con una mayor incidencia de sequías y olas de calor, así como una mayor variabilidad en los niveles y patrones de precipitación, o fenómenos climáticos graves. Los eventos meteorológicos extremos se han convertido en un eco constante en la región, con elevados costos humanos y económicos. Entre los años 2020 y 2022, se registraron 35 de estos desastres, dejando una huella indeleble en la región. No obstante, existe una contradicción preocupante: esta región depende económicamente de sectores como la agricultura, la minería y el turismo, los cuales son susceptibles a las fluctuaciones climáticas. Para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), los costos económicos de estos fenómenos meteorológicos, y su potencial para perturbar el desarrollo económico, son de una magnitud significativa. “La pérdida de producción estimada a CambioClimáticoenC.A.: Una profunda huella en su economía Reto que superar Según la Organización de las Naciones Unidas limitar el aumento de la temperatura global a no más de 1,5 °C ayudaría a evitar los peores impactos climáticos y a mantener un clima habitable; sin embargo, las políticas actuales apuntan a un aumento de 2,8 °C para finales de siglo. causa de las 30 tormentas más letales registradas en la región es de aproximadamente el 2 % del Producto Interno Bruto (PIB), y no hay pruebas de que las pérdidas se hayan recuperado. En Honduras, se estima que los huracanes Eta y Iota causaron daños equivalentes al 8,9 % del PIB en 2020”, expone el informe: Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2023. Este desajuste, según la CEPAL “supone una perturbación permanente para la estructura de producción de la región. El aumento de la frecuencia y la intensidad de los fenómenos meteorológicos graves afectará cada vez más el capital productivo existente, lo que reducirá aún más el crecimiento del PIB potencial para 2050, podría ser entre un 9 % y un 12 % menor”. LLAMADO URGENTE Los daños macroeconómicos del cambio climático amenazan con tener un impacto significativo en los países de la región. De acuerdo a las perspectivas de la CEPAL, “si no se controla el cambio climático, hacia el año 2050, se anticipa un marcado descenso en el rendimiento de cultivos cruciales, como los frijoles (19 %), el maíz (entre el 4 % y el 21 %) y el arroz (23 %)”, detalla. En este contexto, se impone un llamado urgente a la acción. “Los países de América Latina y el Caribe tienen la oportunidad única de actuar con rapidez y liderar el cambio para promover economías más resilientes y con bajas emisiones de carbono a fin de fomentar un mejor futuro para sus habitantes”, subraya, Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. Repunte de la pobreza El Banco Mundial advierte que si no se toman medidas de manera urgente, el impacto del cambio climático derivará en un aumento de hasta 300 % en la pobreza extrema en América Latina y el Caribe (ALC) para el año 2030. 58 Especial El Economista Verde Centroamérica

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