El Economista www.eleconomista.net Julio - Agosto 2023 • 79 LIVING + NAVEGACIÓN HISTORIA Presentimiento “Sabía que había sido una implosión”, la conclusión a la que llegó James Cameron, director de “Titanic” (1997), al enterarse de que se habían perdido las comunicaciones con el submarino Titan. Impacto: Los restos del Titanic se descubrieron en 1985 en el fondo del océano Atlántico, a 3,800 metros de profundidad. anales para la posteridad, fue una mucho más trágica: el Titanic, se hundió en el fondo del mar llevándose consigo más vidas que supervivientes dejó. Solo sobrevivieron 706 de las 2,223 personas, entre pasajeros y tripulación, que iban a bordo. Una terrible cifra culpa de una serie de malas decisiones que van desde el número de botes salvavidas de los que disponía el barco (tan solo 20 de los 64 que podría llevar), al pánico colectivo por el cual muchas de estas embarcaciones descendieron sin cubrir todas las plazas de las que disponían. Una mala suerte de confianza ciega, ambición y desafortunado azar hicieron que el Titanic no pudiera evitar el desastre. Un iceberg, personificación de la incontrolable naturaleza, fue la c ausa. Eterna leyenda de un recuerdo perecedero Por supuesto, la historia del Titanic también se ha recreado en distintas obras derivadas. La más famosa de ellas, la película de 1997 dirigida por James Cameron y protagonizada por Leonardo DiCaprio y Kate Winslet. La cinta hizo historia en los Óscar, al hacerse con 11 estatuillas doradas. Y ahora, resurge 26 años después ante lo sucedido con el Titan, pues son muchos los que quieren revivir la historia a través de la ficción y volver a conmoverse con el mítico drama de amor entre Jack y Rose. Lo mismo ha sucedido con el documental “Ghost of the Abyss” (2003), disponible en Netflix y que, tras lo ocurrido con el submarino, se encuentra entre lo más visto de la plataforma 20 años después de su estreno. Conocido en español como “Misterios del Titanic”, está dirigido también por James Cameron y, al igual que la película de 1997, cuenta con imágenes reales de lo que queda del naufragio debajo del mar. Esos mismos restos que, en algún momento, desaparecerán. Quizá sea esta evidencia de lo imperdurable, parte de esta oscura magia: el hecho de que, conforme pasen los años, ya no quedará ninguna evidencia física en las profundidades marinas, hace que haya personas que deseen contemplar el pecio del Titanic ahora que todavía existe, como es el caso de las cinco víctimas del hundimiento del Titán. Al principio, hubo en muchos esperanzas de que durante las 96 horas de oxígeno de las que disponían los tripulantes, pudieran rescatarles. Una cuenta a vida o muerte en la que no lograron encontrar el vehículo y que encogía el corazón de muchos al pensar en la lenta agonía de los pasajeros. Después, se supo que la muerte fue prácticamente instantánea cuando se perdieron las señales. El naufragio que hace naufragar El propio James Cameron ha hecho un total de 33 inmersiones al barco, parte de ellas para el rodaje de su película. Y, como alguien experimentado en el campo, supo lo que le había ocurrido al Titan al enterarse de que se habían perdido la conexión y el seguimiento: “la primera explicación que se me ocurrió fue una implosión”, dijo a ABC News el director. El cineasta “estaba impresionado por el parecido entre el desastre del Titanic en sí mismo” y lo ocurrido con el submarino, ya que ve en lo sucedido “una tragedia con muchas similitudes, en la que no se hizo caso de las advertencias y que ha ocurrido exactamente en el mismo lugar”. Y es que ya en 2018 una treintena de expertos en vehículos submarinos advirtieron a Ocean Gate sobre los peligros del enfoque experimental de su proyecto, al igual que un exempleado de la empresa, David Lochridge. Pero para Stockton Rush, CEO de la compañía, “la seguridad era pura basura”, tal y como dijo en el podcast “Unsung Science” del corresponsal de CBS David Pogue. Y admitió en imágenes publicadas por el Youtuber Alan Estrada por tanto “haber roto algunas reglas”. Él es uno de los cinco fallecidos que iban a bordo de la nave, junto al empresario británico Hamish Harding, el multimillonario pakistaní Shahzada Dawood y su hijo, Suleman Dawood; y el francés Paul-Henri Nargeolet. Este último, fascinado también por el Titanic, había descendido unas 37 veces y era amigo de James Cameron: “le conocía desde hace 25 años y que haya muerto trágicamente de esta forma me es casi imposible de asimilar”, dijo. Ahora, mientras “My Heart Will Go On”, la mítica canción a la que Celine Dion puso voz para la banda sonora de la película, se vuelve viral en Spotify, acumulando más de medio millón de reproducciones en un fin de semana; son muchas las reflexiones que se comparten ante lo acontecido. Pero lo que está claro es que, la fascinación por el Titanic, igual que el corazón en la melodía, continuará. •
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