Otro inconveniente que existe para los productores son las donaciones en producto, pues, que aunque vienen a remediar en parte un problema alimentario, es un contingente que indirectamente les quita oportunidad de participación en el mercado porque se toma como producción local. Y señalan que no se convertiría en competencia para el gremio, si el donante lo hiciera adquiriendo producto local en lugar de adquirirlo afuera. Aunque puede haber cierto grado de escasez a nivel mundial, como eventos propios de la coyuntura, en el largo plazo y de forma sostenida, la única forma de tener un equilibrio, es generar programas de políticas públicas que impulsen la productividad al cultivo del arroz, señalan los expertos. “El problema es que, a pesar de estar alto el precio de importación, lo cual es favorable para el productor local, in- •Actualmente el consumo per cápita de Guatemala es de 15 libras anuales, y la brecha para cubrir la demanda es grande debido a la falta de políticas. “El problema es que, a pesar de estar alto el precio de importación, lo cual es favorable para el productor local, internamente no hay suficiente producción para compensar la demanda”. ENRIQUE LACS, director Ejecutivo de CGA B ternamente no hay suficiente producción para compensar la demanda”, manifiesta Lacs. Causas de la crisis interna La dificultad que observa el gremio en Guatemala, es que, de acuerdo con el marco legal que rige este mercado, primero se tiene que consumir la producción local, para importar contingentes que compensen el diferencial para abastecer la demanda interna, pero actualmente no se mantiene tal cual. Esa situación empezó en el año del covid, cuando el Gobierno derogó el acuerdo que ponía esa condición, para asegurar el abastecimiento del mercado nacional, porque muchos productores no pudieron sembrar la cosecha de 2021; y tampoco lo pudieron hacer para 2022, porque se descapitalizaron, perdiéndose muchos empleos. Con ese marco regulatorio suspendido, la industria que utiliza el cereal como materia prima, no estaba obligada a comprar cosecha nacional previamente. Y aunque a partir de septiembre 2021, el gobierno lo volvió a habilitar con el Acuerdo 390-2021, ante la incertidumbre que dicha suspensión generó, la mayoría de productores ocuparon su tierra con otros cultivos, por lo que de la producción nacional de arroz que abastecía al mercado local, disminuyó en un 40%. El Economista www.eleconomista.net Julio - Agosto 2023 • 65 EL ECONOMISTA/ARCHIVO
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