El Economista - Octubre 2021

El Economista www.eleconomista.net Octubre - Noviembre 2021 • 45 E l análisis no deja dudas. Siete de cada diez empresas en El Salvador aún no tie- nen claro cómo empezar a transformar digitalmente su negocio. Si bien se han dado pasos importantes en torno a este objetivo, aún existen brechas internas que se necesitan corregir para alcanzar una madurez digital en el país. En el estudio realizado por la Aso- ciación Nacional de Anunciantes de El Salvador (ANAES) y Ariadna Commu- nicactions Group participaron 24 em- presas de diferentes industrias como telecomunicaciones, comercio, automo- triz, alimentos, servicios financieros, en- tre otros. El contextoactual La pandemia actual del covid-19 aceleró dinámicas digitales que, de alguna ma- nera, no habían sido completamente adoptadas por los usuarios y marcas: menús digitales en restaurantes, servicios “end to end” de delivery desde apps, canales de autogestión con inteligencia artificial, transacciones digitales —sin costo— a partir de $1 dólar en adelante, adopción de billeteras digitales y la vir- tualidad en la educación, entre otros. Si no fuera por esta coyuntura muchas de las empresas aún estarían debatiendo la viabilidad de la implementación de varias de estas ejecuciones. Es así como se rompieron las taras mentales: la primera fue entender que el teletrabajo es sinónimo de producti- vidad; fuimos capaces de tener eje- cuciones que viven en estado beta con- tinuamente, rompiendo el paradigma del perfeccionismo que nos dejaba mu- chas reuniones y pocas conclusiones. El pragmatismo fue el gran vencedor. En este mundo pandémico también dimos un salto al vacío tecnológica- mente desde las empresas, aprendimos la necesidad de ser ágiles para tomar decisiones, de encontrar el camino más fácil para ayudar a nuestro consumidor a tomar decisiones y, sobre todo, ite- ramos constantemente para mejorar nuestros productos. Hay mucho que rescatar en estos 18 frenéticos meses. La pregunta que emerge entonces radica en cómo las industrias en El Salvador salieron de esta coyuntura y qué acciones pudieron implementar para mejorar sus indicadores rumbo a una transformación completa de las organizaciones. En primera medida, es clave entender que el concepto de madurez digital no consiste en adquisición de herramientas tecnológicas en pro de marketing; tampoco en el nivel de inversión de un mix de medios, ni mucho menos, en la creación de aplicaciones digitales que conecten con los usuarios. Esta madurez necesita transformar las empresas mediante la visión y el liderazgo desde la alta dirección para así tener un impacto directo en el crecimiento del negocio. Adicionalmente, se logra enfocándose en las personas para involucrarlas y empoderarlas activamente en el proceso mediante formación, aprendizaje de nuevas herramientas de trabajo en red, de- sarrollo de canales innovadores de comunicación interna, employer branding, digitalización de los procesos clave y entendimiento del consumidor en todos sus momentos de valor. En este sentido, el Estudio de Madurez Digital pretendió indagar en el proceso de transformación digital de las empresas, descubriendo el camino recorrido y entendiendo qué les hace falta por recorrer en cuanto a la organización, audiencia, atribución y recursos. Enbúsquedade lamadurez Empecemos por entender cuál es el estado actual de las organizaciones en el desarrollo de una hoja de ruta digital, es decir, un plan con objetivos, presupuestos y liderazgos de- finidos, que marquen el camino de las acciones necesarias para fortalecer las capacidades digitales. 22.2 % de las empresas encuestadas afirmó que cuentan con un plan que ya está implementado en toda la compañía y en constante optimización. El porcentaje de las organizaciones se divide aún entre los que están por crear uno, los que quieren escalarlo a otras áreas de la empresa y, por último, los que van en el proceso de implementación completo. Aún nos

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