El Economista - Septiembre 2021

LAS MUJERES QUE MUEVEN LA REGIÓN Empresarias, activistas, directivas, economistas, emprendedoras, ellas son lasmujeres que inspiranaotras a seguir yalcanzar susmetas. Los retos para la igualdady la inclusión siguen, pero cada año se avanzamás. IRMA CANTIZZANO S er mujer no es fácil. Y en América Latina, es menos fácil que en los países nórdicos, por ejemplo. Tener las mismas oportunidades que los hombres para incorporarse en el mundo laboral y con los mismos sueldos es un anhelo que aun no se cumple. A pesar que en los últimos treinta años, la participación laboral femenina ha crecido constantemente en todos los países del área, según indica la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el ritmo de crecimiento se ha desacelerado y las brechas se siguen manteniendo. Las mujeres tienen “mayores niveles de desempleo e informalidad, así como salarios más reducidos y unmenor acceso a puestos jerárquicos que los hombres”, asegura la entidad. En 2019, el ingreso medio de una mujer en la zona urbana equivalía al 78% del de los hombres. Una mujer con 13 o más años de estudio ganaba en promedio un 84 % del salario de un hombre con el mismo nivel educativo, detalla el último estudio presentado por la Comisión. Y eso implica que aunque logren abrirse espacios en las empresas, los puestos de mando, generalmente, no recaen en ellas, aunque tengan la misma preparación. “Aún es escasa su representación en los cargos directivos, lo que se hace más patente cuanto más elevado es el cargo”, dice la CEPAL. Claudia Umaña, que es la primera mujer presidenta de FUSADES, uno de los mayores tanques de pensamiento de El Salvador, explica que “las mujeres participanmás en sectoresmenos rentables que los hombres, sigue existiendo una brecha salarial importante, y aún persiste la mayor participación de hombre en juntas directivas y puestos de decisión en las empresas”. Una encuesta realizada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) muestra que la proporción más elevada de empresas (27.5 %) declaró que solo entre el 1 % y el 10 % de sus altos cargos directivos están ocupados por mujeres, y que el 21.9% de las empresas no cuentan con mujeres en puestos ejecutivos.

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