El Economista - Julio 2021
70 • El Economista www.eleconomista.net Julio - Agosto 2021 HOBBY + MÚSICA ARTE Luis Lidón Viena Mozart, precursor del fenómeno fan Losmitómanos suelen recurrir aobjetos para llenar la ausenciade las estrellas de carneyhueso. Ese fetichismo tieneuna largahistoriay, en Viena, sehapresentadounode los artículosmás antiguos dedicados aun ídolomusical: unaminiaturade 1766deun WolfgangAmadeusMozart de diez años. Eso es al menos loque sostiene el belga StefaanMissinne, miembrode laAmericanMozart Society, en su reciénpublicado libro “RetratodeMozart enuna bombonera francesa” (Editorial Hollitzer). Missinne afirma haber descubierto un retratohasta ahora desconocidodel compositor de “La flautamágica” enuna bombonera demetal —de apenas seis centímetros de diámetro—de papel maché y carey en color rojo, esmeralda y dorado. El análisis de losmateriales, el diseño y los patrones decorativos señalanque la bombonera es de origen francés y que el retrato en miniatura—demenos de tres centímetros de diámetro—está incrustado sobre su apertura superior. En él aparece unniño conpeluca blanca y una casaca roja, una prenda parecida a la que llevaba su padre en conciertos y similar a otras con las queMozart apareció retratado tambiénmás tarde. El objetopudohaber sido encargado enParís por unamujer que admiraba al niñoprodigio y que quiso tener así un recuerdo, quizá de alguna actuación, y, según Missinne, se trata de unode los artículosmás antiguos de un fan de lamúsica. “Nohe encontradoningúnobjeto más antiguode un admirador en la historia de lamúsica”, asegura a Efe este experto, quien subraya que es también laminiatura demás edad dedicada aMozart. Viaje a París La fecha de la creacióndel objeto coincide con la gira por varias capitales europeas, entre 1763 y 1766, que realizaron losMozart y en la que Leopold, el padre, actuaba acompañadode sus dos hijos prodigio, WolfgangAmadeus y su talentosa hermana, MariaAnna. En el transcursode ese viaje los Mozart tuvierondos estancias de variosmeses enParís, donde ofrecieron conciertos en los que brilló el jovengenio. Mozart tenía diez años cuando estuvo en 1766 enParís. Missinne, un experto enhistoria del Renacimiento y coleccionista de arte, compró la bombonera en 2018 enuna tienda de antigüedades de Salzburgo—la ciudadnatal deMozart—y llevado por su curiosidad comenzó a investigar su procedencia. “La encontré por casualidad enuna tienda de antigüedades en Salzburgo. Le pregunté al dueño queme recomendara algúnobjetopara comprar. Yme señaló esa pequeña bombonera”, rememora. Granparte del libro relata, como si fuera una historia de detectives, las diferentes pruebas y expertos que le llevaron a Salzburgo, Viena, Múnich y París para certificar la autenticidaddel objeto y datarlo en 1766. Pruebas de laboratorio, expertos en arte, comparaciones con objetos ymateriales similares de la época e inclusoun análisis biométricode la persona que aparece en laminiatura, ayudaron a establecer que el niño retratado tenía diez años. Más de 50expertos, incluidos algunos del Museodel Louvre de París y otras instituciones deViena y de Salzburgo, como el Mozarteum, han sido consultados en la investigación, afirmaMissinne. La pista definitiva que le llevó a relacionar el objeto conMozart y la música es el patrón decorativo circular labrado alrededor del retrato, que es un atributoórfico relacionado con lamúsica y que es unmotivo recurrente enpartituras. Orfeo está vinculado en la mitología griega con lamúsica y el canto y era capaz de fascinar y apaciguar a todo aquel que le escuchara. “Se sabe que durante sugira Europea había gente que hacía grabados de él y había un mercado y demanda de objetos sobre aquel niñoprodigioque tocaba ante reyes y reinas”, explica el experto. “Era una estrella en su época”, agrega. Y ¿qué se puede saber de la admiradora que encargó la caja con el retrato? “Es una persona, creoque una mujer, que escuchó aMozart. Pero la técnica usada en la bombonera era popular, no es una caja cara, es de papel maché y carey. Si hubiera sidode orooplata ode otro material precioso, se podría pensar que era de la nobleza”, explica. “Así que tuvoque ser, posiblemente, alguiendel pueblo, de lagente, una admiradoraquequisoconservar un recuerdo”, añade. “EnParíshabía todauna industriade estas cajitas, peroellapidióaun pintor quehicieraun retratoy lo pusieraenunabomboneraporque estabaenamoradade lamúsicade Mozart”, concluye. • Admiración. La fascinaciónporMozart noentendíade clases sociales. EL ECONOMISTA/EFE
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