El Economista - Mayo 2021

El Economista www.eleconomista.net Mayo - Junio 2021 • 13 C ualquier acción del hombre, desde la más común como respirar hasta el más complejo proceso de producción industrial deja una huella en el me- dioambiente. Sin embargo, dicho impacto puede ser compensado, e incluso, superado con las debidas acciones. Este ideal está cada vez más arraigado entre destacadas empresas que han evolucionado de aisladas obras a una política que busca transformar diversos campos de sus operaciones hasta volverse más sostenibles y amigables con su entorno. Uno de los campos en donde más esfuerzos se han realizado en los últimos años es en las energías de fuentes renovables. De hecho, los incrementos de la capacidad energética renovable mundial registrados en 2020 superaron las primeras es- timaciones y batieron todos los récords anteriores pese a la desaceleración económica originada por la pandemia de co- vid-19. Según los datos publicados por la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), el año pasado la capacidad energética renovable global aumentó en más 260 gigavatios (GW), cerca de un 50 % por encima del crecimiento registrado en 2019. El informe anual de IRENA refleja que la cuota de energías renovables de nueva capacidad de generación aumentó por segundo año consecutivo y más del 80 % de la nueva capacidad eléctrica agregada el año pasado fue renovable, con la energía solar y eólica representando un 91 %. Por el contrario, la variación de los combustibles fósiles bajó a 60 GW en 2020 frente a los 64 GW del año anterior, lo que pone de relieve la continua tendencia a la baja de la expansión de dichos procesos. En el caso particular de Centroamérica y el Caribe, el total de energías renovable pasó de 14,955 megavatios (MW) en 2018 a 15,572 MW en 2019, lo que representa un incremento de 4.1%. De la región centroamericana el país que está a la cabeza con C.A. cambia y la visión más extendida es desarrollar operaciones más sostenibles y equilibradas con el medio ambiente. Desde energía renovable, producción circular hasta metas para reducir las emisiones de CO2. EL ECONOMISTA