El Economista - Febrero 2021
24 • El Economista www.eleconomista.net Febrero - Marzo 2021 Eternabúsquedade reformaprevisional El sistemade pensiones salva- doreñoha sufridovarios cam- bios, pero sigue representando unapreocupaciónenel área fis- cal ypor la baja cobertura. POR: LEONELIBARRA • ELSALVADOR L a historia moderna del sis- tema de ahorro de pen- siones en El Salvador se caracteriza por la incansa- ble búsqueda de aliviar la carga fiscal para cumplir las obliga- ciones. “En El Salvador, las discusiones sobre la cobertura del sistema pre- visional han sido relegadas a un segundo plano y opacadas por la delicada si- tuación de la deuda pública y la misma deuda previsional”, indica el estudio “Una nueva mirada a los desafíos de cobertura del Sistema de Pensiones en El Salvador: la densidad individual de cotizaciones”, de la Fundación Dr. Gui- llermo Manuel Ungo (Fundaungo). A finales de los años noventa, di- versas reformas económicas e insti- tucionales modificaron el sistema pre- visional en este país, trasladando las responsabilidades de administración, acreditación, inversión y prestación de beneficios a las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) y modi- ficando el mecanismo a un régimen de capitalización individual. En ese entonces, la reforma tomó de base el modelo de Chile y fue impulsada con los argumentos que el sistema de reparto no era financieramente sólido, que se estaban agotando las reservas técnicas y el servicio público no era eficiente. Así, en este Sistema de Ahorro para Pensiones (SAP), las pensiones son de- terminadas por las contribuciones a cuentas individuales de ahorros, y por lo tanto, por el nivel de ingresos de un trabajador a lo largo del tiempo así como por la rentabilidad de los respectivos fondos. El cambio implicó, principalmente, una importante re- ducción del costo fiscal del Sistema Público Previsional (SPP), ya que las obligaciones previsionales acumuladas por el Ins- tituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) y el Instituto Nacional de Pensiones de los Empleados Públicos (INPEP), que, ante la incapacidad financiera de dichas instituciones, fueron asumidas por el Estado salvadoreño. No transcurrió mucho tiempo, cuando en 2003 se tuvieron que realizar otras modificaciones para permitir la emisión de Certificados de Traspasos Complementarios (CTC) ante la incapacidad financiera del Gobierno de turno para cumplir con sus obligaciones previsionales y las dificultades que enfrentaba para financiar los costos de transición entre la población que optó por cotizar en el SAP (y los que se quedaron en el antiguo sistema, por edad u opción). Luego, en 2006, mediante la contratación de deuda so- berana, se adoptó el Fondo de Obligaciones Previsionales (FOP), reemplazándose las obligaciones de equiparación de pensiones mediante un solo desembolso, por otra de rentas vitalicias. Reformade lareforma Por un tiempo, el tema previsional estuvo controlado, pero la necesidad de una nueva reforma pronto fue evidente debido a nuevos problemas: la baja cobertura (únicamente uno de cada cuatro trabajadores cotiza en el sistema por la alta informalidad del empleo) y una baja rentabilidad de los fondos de pensiones (con una tasa promedio de 2.19 % entre 2002 a 2017) explicada por la alta concentración de las inversiones en deuda gubernamental. Además de las implicaciones antes señaladas, el sistema de pensiones continuó generado presiones en las finanzas pú- blicas, producto de las obligaciones de deuda contraídas por el Estado como consecuencia del costo de transición desde la reforma de 1998 y por las obligaciones que se le han ido asignando posterior a la implementación del SAP. Según datos del Banco Central de Reserva, para el año 2017, el monto para pago de intereses y de capital en concepto de FOP era de unos $560 millones. Fundaungo destaca en un estudio que las presiones de la deuda previsional a las finanzas públicas eran de tal magnitud que, para 2017, del 69.7%que representaba la deuda pública con respecto al Producto Interno Bruto, aproximadamente la cuarta PORTADA SISTEMA PREVISIONAL “El problema del sistemade pensiones son problemas estructurales yque, aún cuando la reforma que ustedhaga le pueden ayudar a aliviar enel cortoplazo la situación fiscal, enel medianoy largoplazo le vanameter más presióna las finanzas públicas”. RICARDO CASTANEDA, economista senior de ICEFI
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