El Economista - Enero 2021
vayan acorde a la dimensión de lo que es este tipo de política”, recalca. Eso implica que los beneficios tan- gibles serían anclar las expectativas in- flacionarias, reducir las tasas de interés y atraer inversión. Aunque, explica que la atracción de inversión no solo de- pende del régimen cambiario sino de varios factores como capital humano, clima de negocios, entre otros. Preparadosparael shock Uno de los temas en debate es que la dolarización quita el papel de un país de poder hacer política monetaria en una crisis, como han hecho recientemente varias naciones de América Latina inyectando liquidez a la economía por la pandemia. “Al no contar con moneda propia, el país pierde en el corto plazo cierta flexibilidad de la política monetaria, no puede implementar una política mo- netaria expansiva, es decir imprimir más dinero... No obstante, El Salvador im- plementó una política monetaria ex- pansiva, al reducir las reservas bancarias de 20% antes de la pandemia a apro- ximadamente 8% desde marzo. Esto im- plicó una inyección de dinero por un monto de $1,600 millones (6.7 % del Producto Interno Bruto), una gran ex- pansión”, dice Argumedo, de FUSADES. No tener la posibilidad de imprimir más dinero para hacerle frente a la pandemia es ponerse “entre la espada y la pared”, dice Acevedo. “Bueno, quizá en ese caso esmejor la pared. Pero eso te genera a la larga presión inflacionaria... ¿será realmente positivo tener ese es- pacio que trae la política monetaria que podés empezar a imprimir dinero? aquí con nuestro gobierno, que son pre- supuestos con grandes déficit... ¿Qué pasaría si Nayib (Bukele) tuviera ma- quinita de imprimir dinero? sería muy peligroso, entonces en ese sentido, quizá después de todo, al estar dolarizado te pone un candado fuerte”, puntualiza. Otra presión que tiene El Salvador al no contar con una política monetaria es la necesidad de mantener controlada la situación fiscal. Eso lo advertían desde los primeros estudios del FMI hace 25 años que señalaban: “el mantenimiento de políticas fiscales prudentes es indispensable para asegurar una total consistencia entre la cuenta pública y el patrón dólar”. “Una economía dolarizada para que funcione necesita una fuerte dosis de dis- ciplina fiscal, de lo contrario no se logra abarcar los beneficios... además puede dar al traste con la dolarizaciónmisma”, detalla Rommel Rodríguez, de FUNDE. Y es que, según explica el economista, existe una posibilidad real, de que una situación crítica (como una crisis fiscal) pueda llevar (por fuerza) a la desdolarización. Ese fue el caso de Argentina, que tuvo que abandonar la Caja de Conversión por el elevado endeudamiento y eso implicó un aumento de la pobreza, una altísima inflación y una fuerte caída económica. “La única ancla de estabilidad económica que el país mantiene hasta este momento, es la estabilidad de precios y financiera, que genera la dolarización. Los gobiernos anteriores y presentes elevaron el endeudamiento fiscal y ahora nos encontramos con un alto riesgo de insostenibilidad fiscal. Lo más irracional que se puede hacer es abandonar la única ancla de estabilidad y desdolarizar la economía sería el camino hacia un veloz empobrecimiento de la sociedad salvadoreña”, dice Argumedo. Aquí se ve que el único punto en que están de acuerdo los economistas es que desdolarizar no debería de ser la opción. “Una vez que dolarizaste, desdolarizar es una locura. Porque aparentemente es una solución más fácil”, recalca Acevedo. Tomar una medida de este tipo implicaría un cierre del sistema financiero y costos reales para la sociedad, señala Lazo al respecto. Para la economista, el problema es que se ha puesto a la dolarización como que fuera “la panacea”. “Pero una política monetaria por sí misma no nos va a volver más disciplinados fiscalmente. Una política monetaria no va a impedir que la deuda crezca, si un gobierno quiere gastar más. Una política monetaria por sí sola no va a atraer más inversión. Para que El Salvador salga adelante tiene que hacer bien 100 cosas, no una”, explica. Veinte años después de entrar el vigor el decreto 201, los salvadoreños ya se olvidaron de poner los precios en dólares y en colones, también han olvidado la conversión, pero cada vez que surge una crisis recuerdan la antigua moneda y la discusión teórica vuelve a la mesa. • “Una política monetaria por símisma nonos va a volvermás disciplinados fiscalmente... Unapolítica monetaria por sí solano va a atraer más inversión. Para que El Salvador salga adelante tiene que hacer bien 100 cosas, no una”. CARMENAÍDALAZO, economista “Ni tasas de interés, ni blindaje frente a crisis, ni crecimiento económico, ennada El Salvador ha mejorado con la dolarización opor la dolarización, siempre que compares con los otros países”. CARLOSACEVEDO, economista 3 paísesdeAmérica Latinaestándola- rizados: Panamá, Ecuador yEl Sal- vador. El Economista www.eleconomista.net Enero - Febrero 2021 • 49
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgyMTE=