El Economista - Enero 2021

El Economista www.eleconomista.net Enero - Febrero 2021 • 19 C on el paso del tiempo y la consolidación, un paso necesario para continuar vigente es la evolución y la renovación para adaptarse a los nuevos retos. Esta visión, aplicable a casi cualquier aspecto de la vida, es lo que ha influenciado al mercado de valores en Centroamérica para ver, en los últimos años, el surgimiento de nuevos productos bursátiles. Así, además de los ya conocidos bonos, Letras del Tesoro o certificados de inversión, el portafolio de los inversionistas comienzan a llenarse con nuevos ins- trumentos con mejores rendimientos. El crecimiento de productos bursátiles en la región está influenciado, principalmente, por el crecimiento de los excedentes para invertir, que buscan mejor ren- dimiento con unmenor riesgo, como fondos de inversión y de pensiones. También se pueden destacar las emisiones de deuda que incluyen otros tipos de garantías o resguardos distintos a los reales, como por ejemplo cuando se crea un fideicomiso con los flujos de efectivo provenientes de contratos, cuentas de re- caudación que permiten primero pagar la emisión antes que al originador. Asimismo, los fondos de titularización de flujo de efectivo o inmobiliario; fondos de inversión con diferentes propósitos. Finalmente, emisiones que cumplen objetivos como la sos- tenibilidad o responsabilidad social, entre otros. Paul Caro, director de Análisis de Pacific Credit Rating, opina que la diversificación “está influenciada por la regulación de cada mercado, lo cual ha impulsado ciertos productos como bonos, fideicomisos o fondos de titularización”. Otro aspecto importante para considerar ha sido la estabilidad macroe- conómica de cada país en la región. Por ejemplo, Panamá ha sido un caso importante en el surgimiento de estos productos, con una regulación menos estricta y un crecimiento estable de la economía; asimismo, el bajo riesgo cambiario también es una ventaja para foráneos. A diciembre 2020, el mercado de valores panameño estaba compuesto por cerca de 80 puestos de bolsa divididos en puestos de bolsa independientes, subsidiarias de bancos, o bancos con licencia de puesto de bolsa; que en conjunto negociaron un total de $6,215.9 millones. Este volumen se encuentra dividido por 78 % en sector público y 22 % privado, colocado 67 % en el mercado primario y 33% en el mercado secundario, con 139 emisores. Entre los productos innovadores en esta la plaza destacan los flujos futuros inmobiliarios y el fideicomiso hotelero. “Los inversionistas institucionales prefieren invertir en mercados variados como el caso de Panamá, incluso existe regulación para que las emisiones de Panamá puedan ser compradas en otros países como El Salvador, dándole la opción de una mayor diversificación a los fondos de pensión de ese país”, opina Caro. En República Dominicana destaca el Fondo de Inversión Cerrado Libre para el Desarrollo de Infraestructura Do- minicanas, el cual es un producto bursátil lanzado en el segundo semestre de 2018 cuyo principal objetivo está orientado al otorgamiento de préstamos senior para infraestructuras, energías renovables, entre otros. Asimismo, se debe considerar el mercado de valores de El Salvador como interesante por las emisiones de fondos de titularización de distintos activos, por ejem- plo: contratos de apertura de crédito, flujos futuros, y el fondo inmobiliario. Caro afirma que estos permiten reducir el riesgo en comparación con el originador y se suma la estabilidad cambiaria por la dolarización de la economía. Futuroverde La innovación continua apunta a que los mercados bursátiles tendrán “una tonalidad verde”. A nivel global y latinoamericano, 2020 fue un año de crecimiento para el segmento de finanzas sostenibles, no solo en el ámbito de los bonos verdes, sino sobre todo en la emisión de bonos sos- tenibles y sociales, debido a su potencial para hacer frente a la pandemia. Siguiendo esa tendencia, el director de Análisis de Pacific Credit Rating opina que las proyecciones de crecimiento “son alentadoras para este año”, tomando en cuenta la necesidad de reactivación de las economías y la mayor conciencia en los inversionistas responsables. A la fecha se han emitido de este tipo de instrumentos en Panamá, Costa Rica y República Dominicana: $500millones del Banco Nacional de Costa Rica, $200 millones de la Corporación Interamericana para el Financiamiento de Infraestructura (CIFI), $15.5 millones de Panasolar (certificado por el Climate Bonds Initiative) y $262.7 millones de InterEnergy Group. Un punto importante, explica Caro, es el marco regulatorio de los mercados. Si este marco no está preparado para acompañar las innovaciones, no será posible generar nuevos productos. Asimismo, es prioritaria la capacitación de los reguladores y los demás actores del mercado, puesto “que la falta de conocimiento es una traba para la aprobación de nuevas emisiones y genera demoras que desincentivan a los emisores”, advierte el experto. Por otro lado, se necesita captar y crear inversionistas sofisticados que tengan un mayor apetito de riesgo para invertir en estos nuevos productos o estén buscando diversificar en otros sectores y estructuras, dado que los inversionistas ins- titucionales por lo general compran emisiones de renta fija tradicionales. • “Ladiversificación está influenciada por la regulacióndel país, lo cual ha impulsado ciertos productos comobonos, fideicomisos o fondos de titularización”. PAULCARO, director deAnálisis de Pacific Credit Rating $978.2 milloneses loque sehaemitidoa la fechaen la región enbonosverdes. 22% del volumende lasemisionesen Panamápertene- cenal sector privado.

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