El Economista

69 Medir para mejorar Nueva visión empresarial: Los expertos señalan que la sostenibilidad debería dejar de verse como un gasto, porque es una inversión rentable a largo plazo. tación que le trae a la empresa”. Para Juan Pablo Morataya, director ejecutivo de CentraR- SE de Guatemala, el concepto de RSE esta cada vez más arraigado en las compañías en sus estrategias a mediano y largo plazo. “Ahora muchas empresas comprenden que la RSE tiene que ver con programas sos- tenidos, que trascienden a sus públicos de interés tanto a lo interno de la empresa como a lo externo, y los problemas que se pueden evitar haciendo las cosas de la manera correcta, sin embargo estamos consien- tes que falta mucho por hacer para que el empresariado in- teriorice la sostenibilidad como fin principal de sus prácticas responsables”, indica. REDUCCIÓN DE COSTOS La estrategia de RSE lleva implícita también la reducción de cosos para las compañías, al promover el ahorro y ayuda mucho a la reputación. La experta en desarrollo sostenible Heloísa Schneider señaló una serie de ventajas que las empresas pueden al- canzar al ser sostenibles y ami- gables con el medio ambiente. Dijo que la sostenibilidad re- duce costos operacionales en las empresas y que también responde a las demandas de los consumidores. “El funcionamiento de los modelos de negocio y su re- lación con los productos, pro- cesos y partes interesadas in- fluye en la capacidad de una empresa en prosperar en el futuro y nivel de impacto en las personas y en el planeta. Los modelos de negocio que adopten la sostenibilidad co- mo un eje estratégico crean valor ambiental, social y eco- nómico y fomenta la longe- vidad de la empresa”, opinó Schneider. Asimismo, Horacio Rodrí- guez, de Centroamérica Re- siliente (ResCA) y The Nature Conservancy (TNC), asegura que las estrategias y proyectos de sostenibilidad –sobre todo los que están enfocados en la resiliencia del cambio climá- tico– dan sus frutos en el largo plazo. “Se debe cambiar el paradigma de que la soste- nibilidad es un gasto, porque en realidad es una inversión rentable en la prevención de pérdidas futuras por desastres naturales”, agregó el experto. ¿EL CAMINO? La necesidad de conocer el impacto de las estrategias de RSE en las compañías ha lle- vado también a la elaboración de instrumentos, metodolo- gías y herramientas comunes, que están teniendo cada vez mayor relevancia. En la región centroameri- cana la Red INTEGRARSE (Integración Centroamericana y del Caribe por la Respon- sabilidad Social Empresarial), que se encarga de promover la Responsabilidad Social Em- presarial y Sostenibilidad en Centroamérica y El Caribe ha creado un sistema de Indica- dores Centroamericanos de RSE INDICARSE. Este sistema fue elaborado con el propósito de fortalecer la incorporación de la RSE en la región a través de una he- rramienta de autoevaluación que de manera simple y pre- cisa brinde a la empresa in- formación sobre el estado de sus políticas y prácticas en RSE, tanto en el ámbito in- terno como en el externo. Las áreas de medición de INDI- CARSE son: Gobernanibili- dad, Público Interno, Medio Ambiente, MercadeoRespon- sable, Proveedores, Comuni- dad y Políticas Pública. Es una herramienta de au- toevaluación de las prácticas y políticas de RSE, aplicable a empresas y organizaciones de cualquier sector económico, que a su vez ayuda a hacer sostenible la RSE. RSE Centroamérica En el 2001, el Boston College Center for Corporate Citizenship publicó un estudio pionero en medición titulado “Demystifying Measurements”. El estudio enfatizaba la importancia de pensar en la medición antes de implementar una iniciativa, estrategia o proyecto en RSE para crear valor agregado. Es importante identificar los resultados que se quieren obtener y no confiarse en la suerte o el azar. En la región hay un sistema de Indicadores Centroamericanos de RSE INDICARSE. Este fue elaborado con el propósito de fortalecer la incorporación de la RSE en la región a través de una herramienta de autoevaluación.

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