Revista El Economista - Mayo 2020
“En 18meses conDaviPlata llevamos más de 50,000 cuentas creadas(...) En el primer cuatrimestre del presente año, el númerode nuestros clientesmóviles crecióun 32%y las transacciones móviles se incrementaron enun 201%”. MITZI LARA, gerente de BancaAfluente deDavivienda El Salvador PORTADA INCLUSIÓN FINANCIERA “Los llamados sector informal sonun potencial de negocios para algunas entidadesmedia vez cuenten con las metodologías de evaluación adecuadas para determinar la capacidadde pago y administraciónde los portafolios de riesgos que se asumen”. EDWINLÓPEZGUTIÉRREZ, gerente de tesorería y finanzas de Credicomer. sitivos móviles, chatbots e inteligencia artificial”, explica Barrientos. Con esto, el enfoque es incrementar, para finales de año, la cantidad de clientes digitales un 50 %. Otros actor que se suma a las ini- ciativas de las cuentas simplificadas, permitidas en la Ley de Inclusión Fi- nanciera, es Promerica. Johanna Méndez, subgerente de Productos, afirma que este año lan- zarán la cuenta simplificada, un pro- ducto de ahorro que podrá solicitarse en línea, a través de cualquier teléfono inteligente con acceso a internet. Méndez adelanta que este producto contará con “tecnología biométrica y seguridad de última generación”, para asegurar los datos. “A través de esta cuenta simplificada buscamos generar agilidad y sencillez en los trámites de apertura de pro- ductos pasivos, así como también el ser una solución viable para todos aquellos clientes receptores de remesas cuyo objetivo es percibir dichos fondos y ahorrarlos de manera segura”, dice Méndez. Aún antes de lanzar este producto, la cantidad de usuarios virtuales de Banco Promerica reporta un incremento del 50% en el primer trimestre de 2020. Diversidad Pero no solamente los bancos juegan un papel importante en la inclusión fi- nanciera. Tigo Money, la primera So- ciedad Proveedora de Dinero Electró- nico de El Salvador, considera que la interoperabilidad de dinero electrónico con el resto del sistema financiero, es una oportunidad para reducir la de- pendencia de efectivo. Tigo Money cuenta con más de 2,000 agentes autorizados en todo el país y es la única “fintech” con pre- sencia en más del 90 % de los mu- nicipios de El Salvador. Daniel Barrientos, director ejecu- tivo, asegura que el impacto es ex- perimentado principalmente en la base de la pirámide poblacional que es quien hace mayor uso de los servicios. “Además, para facilitar la vida de nuestros clientes, habilitamos opera- ciones que no requieren el uso de tarjetas físicas para su realización, co- mo: pago de préstamos, retiro de efec- tivo, depósito a cuentas y cobro de remesas familiares, de igual forma, se incluyó el retiro de efectivo sin tarjeta a través de los corresponsales financie- ros”, dice Barrientos. Por su parte, la Sociedad de Ahorro y Crédito Credicomer, ve la administra- ción de riesgo de la banca tradicional como una oportunidad para atender los sectores de mercado que no están sien- do atendidos Edwin López Gutiérrez, gerente de tesorería y finanzas de Credicomer, manifiesta que, año con año, han ido acercando el acceso a los servicios financieros, no solo con otorgar cré- ditos, sino el fomentar el ahorro, el poder hacer transacciones desde sus cuentas pagando servicios, movilizan- do sus fondos por medio de aplicativos móviles y electrónicos. “Los llamados sector informal son un potencial de negocios para algunas entidades media vez cuenten con las metodologías de evaluación adecuadas para determinar la capacidad de pago y administración de los portafolios de riesgos que se asumen”, dice López. Pese a estos proyectos para mejorar la inclusión financiera, siempre surgen los desafíos. Por ejemplo, actualmente, únicamente 57.4 % de la población salvadoreña tiene acceso al servicio de Internet a través de dispositivos y plataformas, según estadísticas de In- ternet World Stats, a junio de 2019. 22 • El Economista www.eleconomista.net Mayo - Junio 2020
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