Revista El Economista - Marzo 2020

104 Abotar estereotipos Más que esperar que el mundo reconozca su liderazgo, las mujeres deben trabajar en el autoconocimiento de sus capacidades y atreverse a desarrollarlas. S egún Nadina Rivas, Coach y experta en Comunicación Intuiti- va, en pleno Siglo XXI se continúa operando desde una serie de estereotipos acer- ca de lo que significa ser hom- bre o mujer, y de las habi- lidades requeridas para ser un líder. Esos estereotipos están basados en necesidades que ya no son las actuales. “El mundo ha cambiado ra- dicalmente y en muchos as- pectos todavía seguimos cre- yendo que un líder es una fi- gura (de preferencia hombre) con una personalidad impla- cable y que además debe co- municar fuerza y autoridad”, expresa Rivas. El Banco Mundial señala que “es muy complejo llevar adelante sus negocios si las sociedades no eliminan su prejuicios y preconceptos. El argumento a favor de la igual- dad de género se basa tanto en los derechos humanos co- mo en los argumentos eco- nómicos”, dice Rivas. Según Carolina de Fiallos, CEO de Grupo PAILL, es tiempo de dejar los estereo- tipos. Se debe educar en la aceptación de la diversidad y entender que el respeto sigue siendo la mejor forma de edu- car no solo buenas mujeres, sino seres humanos. MOMENTO DE SALIR DE ANONIMATO El esfuerzo y conocimiento de las mujeres en la ciencia y la investigación ha estado presente por siglos, solo que su desempeño había sido invisibilizado. “Pero ya no más”, recalca Rivas, “no deberíamos tener ninguna duda acerca de la ca- pacidad de liderazgo que te- nemos las mujeres”, resalta. Solo basta con leer las his- torias de las mujeres en la Na- sa, en la medicina y en otras ciencias, o las científicas en Igualdad: El argumento a favor de la igualdad de género se basa tanto en los derechos humanos como en los argumentos económicos. Y es comprobado que se necesita para el crecimiento. Especial Mujeres Líderes Centroamérica

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