Revista El Economista - enero 2020
El Economista www.eleconomista.net Enero - Febrero 2020 • 73 Este tipo de agencias, como Fitch, Moodys o Standard and Poors, evalúan la solidez y solvencia futuras de países o empresas para hacer frente a sus obligaciones crediticias. La consecuencia directa si empeora la calificación de Boeing es que la compañía inspirará menos confianza y deberá asumir el pagar más intereses a sus inversores, un hecho que agravaría su ya dañada salud económica, que se estima en pérdidas de entre $1,000 y $2,000 millones mensuales desde la prohibición de la FAA de volar con sus 737 MAX. Consecuenciaspara laeconomía Lo cierto es que esta crisis llega en un momento dulce para la economía de Estados Unidos y para Wall Street: todos los indicadores están en verde y rondan máximos históricos, lo que ayudará a paliar lo que en cualquier otra circunstancia hubiese sido un durísimo golpe. Con una capitalización de cerca de $188,000millones, Boeing ha ganado este año una media global de más de un 8 % en bolsa, si bien en los últimos tres meses perdió un 13 %. El director económico global de la agencia de calificación crediticia Fitch, Brian Coulton, señala a Efe que no espera que la crisis de Boeing se note especialmente en términos de crecimiento anual del PIB en Estados Unidos en 2020. “Pero definitivamente podría ser lo su- ficientemente grande como para producir un cambio significativo en el dato del PIB durante el primer trimestre”, manifiesta Coulton, que agrega que esta crisis man- tendrá la presión en el sector manufac- turero, ámbito en el que, según apunta, se ha concentrado la desaceleración hasta la fecha. “Si bien hemos visto un par de mejores indicadores, la debilidad en la industria automotriz a nivel global y los altos índices de rotación de inventario, no apuntan a ningún repunte a corto plazo en la producción manufacturera”, reflexiona. Mientras Boeing asegura que ninguno de sus empleados se verá afectado por el cese de la producción, el efecto dominó es impredecible y se esperan consecuencias en la cadena de suministros. El investigador de la Oficina de Estadísticas Laborales, dependiente del departamento de Trabajo del Gobierno de EUA, Steven Crestol, apunta a Efe que si bien Boeing espera que de momento no se produzcan despidos, los efectos secundarios se podrán palpar en las empresas proveedoras de materiales y servicios que dependen directamente de la compañía o de la producción del 737 MAX. “Sabemos que el mayor problema es con los proveedores de Boeing, que se encargan de algunas de las partes del 737 MAX, como por ejemplo las empresas relacionadas con los metales secundarios o los ordenadores”, señala Crestol. Aunque aún es pronto para cuantificar lo que podría suponer esta crisis, Crestol expresa su preocupación por las empresas de menor tamaño que tienen menos margen de maniobra que el gigante aéreo. “Las empresas pequeñas tendrán muchas más dificultades para man- tener a su gente empleada durante el parón temporal de Boeing”, resalta el investigador. Boeingresistir laembestida El profesor de la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York Joseph Foudy considera que la crisis de Boeing sí que afectará al PIB porque la empresa es la mayor exportadora de Estados Unidos y porque el valor de los aviones es grande, al igual que lo será el efecto dominó en las empresas suministradoras. “Las ventas de Boeing son casi tan grandes como las exportaciones de todo el sector agrícola estadounidense”, su- braya Foudy, que vaticina que Boeing no colapsará bajo ninguna circunstancia. “No creo que colapse. Tiene reservas financieras suficientes, reputación para pedir prestado, históricamente casi la mitad de su negocio son contratos de defensa no vinculados a esta crisis y también cuenta con la venta de los modelos Dreamliner”, expresa. Para Foudy, si Boeing llegase a estar en peligro realmente, el sector finan- ciero o el gobierno estadounidense lo rescataría. “Ningún gobierno en el mundo per- mitiría que una empresa tan grande quiebre, y menos por un asunto como este”, concluye. Las consecuencias de la caída de Boeing también tendrán efectos en Eu- ropa y España. En España la suspensión temporal de la producción del 737 MAX afectará directamente a unos trescientos em- pleos de las factorías de Airbus en El Puerto de Santa María (Cádiz) y en Tablada (Sevilla), y a algunas empresas auxiliares como Alestis, según seña- laron portavoces del sector aeronáutico andaluz. Hasta un 60% de la producción de la planta de Airbus en el Puerto de Santa María, con doscientos trabajadores, se dedica en exclusiva a la fabricación de las carcasas exteriores de los motores del 737 MAX, así como de los timones de cola. / EFE • “No creoque colapse. Tiene reservas financieras suficientes, reputación para pedir prestado, histórica- mente casi la mitadde su negocio son contratos de defensano vinculados a esta crisis...”. JOSEPHFOUDY, profesor de la Escuela deNegocios Sternde la UniversidaddeN.Y. 370 avionesMaxde diferentesaerolí- neasestánpara- dosenelmundo.
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