Revista El Economista - enero 2020
El Economista www.eleconomista.net Enero - Febrero 2020 • 69 La mujer dijo que “ojalá Dios quie- ra que llueva pronto” en Tegucigalpa, otrora pueblo minero, una de las ciu- dades más afectadas por la escasez de agua. La represa La Concepción, junto con la de Los Laureles, abastece con más 70 % del agua que consume Tegucigalpa, pero a raíz de la sequía su embalse está por debajo del 41 % de su capacidad. Los transportistas de cisternas que venden agua que la compran en es- taciones del Servicio Autónomo de Acueductos y Alcantarillados (Sanaa) han aprovechado la crisis para duplicar el precio, mientras el Gobierno ha ac- tivado un plan nacional para abastecer agua para consumo humano en algunos barrios del país. El Gobierno declaró a inicios de este año la emergencia por la sequía y el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, pidió a bancos multilate- rales una extensión del plazo de pago de los créditos contraídos por su país para invertir en la construcción de represas, tanto para el consumo humano como la actividad productiva. Invertireninfraestructura Martínez destacó que Honduras ha dejado de invertir en infraestructura básica para almacenar agua en las ciudades más grandes, aunque reco- noce los esfuerzos del Gobierno al construir cosechadoras. La dura sequía que afecta al país “nos llama a invertir en infraestructura para almacenar ese volumen (de agua) que otros momentos era de manera gradual o llegaba a los cauces con otra intensidad o rapidez”, subrayó. “Tenemos menos agua con una mayor demanda, lo cual nos pone en una situa- ción crítica porque debido a la inmigración interna te- nemos ciudades con mucha población concentrada con serios problemas de agua”, explicó Martínez. Las autoridades informaron que el Gobierno invertirá unos $1,000 mi- llones en la construcción de medio centenar de presas. El funcionario dijo que el Gobierno debe incentivar la producción de granos básicos y “regular” la expansión de cultivos de café, el cacao y la palma africana para que “no sigan ampliando la frontera agrícola en detrimento del bosque”. /EFE • • Según los analistas, el desarrollo urbanístico y energético, y el cambio demográfico, entre otros, disminuyen las reservas de agua. “Tenemosmenos agua conunamayor demanda, lo cual nos pone enuna situación crítica porque debido a la inmigración interna tenemos ciudades conmucha población concentrada con serios problemas de agua”. MARIOMARTÍNEZ, director del Instituto de Conservación Forestal. EL ECONOMISTA/ARCHIVO
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