Revista El Economista - enero 2020

68 • El Economista www.eleconomista.net Enero - Febrero 2020 Honduras enfrentaa su peor sequía La escasez de agua se refleja en las colas interminables para lle- nar recipientes conaguaproce- dentede camiones cisterna que adiario se observanen la ciu- daddeTegucigalpa. POR: ANNYCASTRO • HONDURAS H onduras sufre la peor sequía de los últimos cinco años como con- secuencia de la escasez de agua en varias re- giones del país, poniendo en peligro el abastecimiento para consumo humano y la actividad productiva, principal- mente de alimentos. En entrevista con Efe, el director del Instituto de Conservación Fo- restal, Mario Martínez, dijo que la sequía se ha agravado en los últimos dos años y ha afectado “la seguridad alimentaria” de muchas familias hon- dureñas, especialmente en el deno- minado Corredor Seco, franja que abarca 174 de los 298 municipios del país. “Es una crisis recurrente y va de la acumulación de eventos socioeconó- micos que impactan la calidad am- biental del país y derivan en una crisis social”, subrayó. A su juicio, el ciclo hidrológico ha sido alterado y los ecosistemas afec- tados como consecuencia del calen- tamiento global, lo que tiene en peligro los abastecimientos a la población. Crisisesunarealidad La crisis es “una realidad, tenemos en el país ciudades que la población recibe agua con intervalos de 25 a 30 días, y muchas comunidades no tienen el servicio”, enfatizó. La sequía ha empeorado debido a que el país tiene menos cobertura forestal, lo que conlleva la poca retención de agua, y muchos acuíferos subterráneos han comenzado a secarse, destacó el funcionario. Factores como el desarrollo urbanístico y energético, y el cambio demográfico, entre otros, disminuyen las reservas de agua y a ello se suma la crisis climática que se manifiesta en la frecuencia e intensidad de las sequías, agregó. Crisisnomejoraacortoplazo Eso lleva a pensar que la situación no mejorará en los próximos años, salvo que se adopten medidas necesarias, como la cons- trucción de nuevas presas y que la población “se adapte a vivir conmenos agua”, señaló el funcionario. La escasez de agua se refleja en las colas interminables para llenar recipien- tes con agua procedente de camiones cisterna que a diario se observan en Tegucigalpa o en las personas que tienen que caminar varios kilómetros para lavar su ropa. La situación se repite en otras grandes ciudades de Honduras y, según autoridades, es sólo una muestra de la grave escasez de agua que afecta a los hondureños. Sesufre Sofía Sánchez, una vecina de la aldea Las Joyas de Tegucigalpa, dijo a Efe que camina al menos 2 kilómetros diarios para poder llegar a un pozo y lavar su ropa. “Se sufre sin agua, pero nosotros tenemos la culpa porque no la cuidamos”, subrayó Sánchez, de 32 años y madre de dos hijos. MACRO IMPACTO CLIMÁTICO 174 municipiosdel denominado Corredor Seco estánafectados. 41 % abajodesucapa- cidadestáel em- balsede la repre- saConcepción.

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgyMTE=