Revista El Economista - Diciembre 2019
puede ubicar la trayectoria del envase, desde que se fabricó, su llenado hasta dónde y cómo se comercializó, en dónde se consumió y cuál es su salida para reciclaje. Toda esa información permite hacer análisis que se llevan para la toma de decisiones estratégicas para los ne- gocios de la cadena, indica el directivo. Este código se imprime desde ya en la planta que Tetra Pak tiene en Que- rétaro, México Y para las empresas que compran sus empaques en otras plan- tas, la industria tiene la capacidad para imprimir el mismo directamente en las plantas de cada cliente. “Los códigos se imprimen en los envases, se suben a la nube donde estarán resguardados esperando la in- teracción por medio de una aplicación. Cuando los envases llegan a la máquina llenadora, la información del código único impreso es leído por un escáner y lo sube a la nube por medio de un servidor. De esa manera el código con el envase se crea en la dimensión digital. A partir de ahí, los consumidores pueden empezar a entender y a interactuar con la información contenida que el dueño de la marca del producto le quiera incluir”, explica Rodríguez. Para el efecto, la planta de fabri- cación en Querétaro, considerada como una de las tres más eficientes y más grandes que tienen alrededor del mun- do, cuenta con lo último en tecnología, ha implementado una unidad más a la línea de producción, para imprimir los respectivos códigos inteligentes en cada uno de los envases. La planta, en la cual laboran más de 350 personas, entró a operar en 1992. En el año 2000 iniciaron con el pro- ceso de mejora continua y en 2011 ampliaron el portafolio a 176 productos, más 5,000 diseños activos dis- ponibles, para res- ponder a cualquier promoción. Con la adopción de la industria 4.0, uti- lizan tecnología para controlar procesos, la planta tiene más de 4,000 sensores en todas las máquinas, los cuales permiten tener desde dos cabinas de mando, visibilidad de va- riables vitales para el buen desempeño del trabajo. Pueden producir 8.4 millones de envases, el 55% de ellos es para la industria de México; el 45% se exporta, principalmente a Estados Unidos y Ca- nadá con un 25%, y el segundo mercado es Centroamérica y el Caribe, seguido de Sudamérica, Asia y Europa, com- parte Camilo Belalcazar, encargado del proceso de mejora continua. Como último eslabón de la cadena productiva y de comercialización, entra el plan de reciclaje de los envases uti- lizados. Este incluye alianzas de la com- pañía con plantas recicladoras en los distintos mercados como: Reciclados Integrados de Industrias Velty, una de las más grandes ubicada en Ciudad de México. En esa planta, fabrican cartón para uso de los fabricantes de zapatos, así como papel higiénico, servilletas y ma- yordomos, entre otros, principalmente del cartón separado del polietileno y aluminio de los envases de Tetra Pak reciclados. De igual manera, se separa el polietileno y aluminio del cual fabrican láminas para techos. • • Con los cambios en la producciónTetra Pak prevé una disminucióndel impacto ambiental enun 23%y, hasta el 80%endeterminados tipos de envases. EL ECONOMISTA/ENRIQUE CANAHUI “Los códigos se imprimen en los envases, se subena lanube... Apartir de ahí, los consumidores puedenempezar a interactuar con la informaciónque el dueñode lamarca del producto le quiera incluir”. YURANRODRÍGUEZ, director demercadode Tetra Pak para C.A. y el Caribe El Economista www.eleconomista.net Diciembre 2019 - Enero 2020 • 49
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