Revista El Economista - Diciembre 2019
TetraPakavanzaaun envasetotalmente renovable Tecnología 4.0, implementa- cióndeun códigoúnico con la trazabilidaddel contenidoy unplan integral de reciclaje, acompaña la transicióndel nuevo envase. POR: ENRIQUECANAHUI • GUATEMALA A ntes de cerrar 2019 el emblemático envase de cartón con el que se identifica a la industria de Tetra Pak, inicia un proceso de sustitución de materias primas con las que está elaborado y ese cambio se podrá seguir paso a paso por medio de un código único, que llevará impreso cada envase y que se imprime en la planta ubicada en Que- rétaro, México. La compañía que inició con el sector lácteo en 1951, en Lund, Suecia, está presente en más de 170 naciones, pro- duce alrededor de 189 billones de en- vases al año y tiene plantas de pro- ducción en unos 31 países. Desde año 2000 con la publicación de su primer informe ambiental cor- porativo para las operaciones mun- diales, Tetra Pak deja claro su com- promiso en este tema, fortaleciendo la investigación e innovación tanto en la maquinaria y equipo industrial que pro- duce como de la gama de más de 7,000 tipos diferentes de envases que forman parte de su portafolio. En 2010 empezó a identificar los envases con el sello FSC, el cual de- muestra que la materia prima de car- tón proviene de bosques manejados responsablemente. En ese año la Asociación Sueca de Industrias Fo- restales le otorga el Premio Climate. “El envase de Tetra Pak está constituido por un 75% de cartón proveniente de bosques administrados de forma ade- cuada. Los árboles que tienenmás de 80 años, ya han agotado su función natural y, se reemplazan con el doble o el triple de árboles jóvenes. El otro 20% y 5% del envase, está constituido por polietileno y aluminio”, explica Alfredo Román, experto en economía circular de la compañía. Sin embargo, hace ver que mientras el impacto del cartón en CO2 es del 21 %, el polietileno es del 29 % y el aluminio es del 50 %. Lo que busca la firma es minimizar su impacto ambiental en cada uno de las etapas de su proceso, así como administrar y utilizar en menor medida los recursos naturales. De hecho, en el mercado americano, circula más de medio millón de envases fabricados totalmente con fuente renovable. Tanto la película plástica como la tapa, provienen de la caña de azúcar. Por ser para cadena fría, no es necesario que lleven la capa de aluminio, asegura Román. Para 2030 la compañía proponen cam- biar los envases que existan de origen fósil, las tapas y las pajillas o popotes. Con esta medida, se prevé una disminución del im- pacto ambiental en un 23% y, hasta el 80% en determinados tipos de envases. Y todo ese ciclo de vida es el que se podrá observar en el código único. La digita- lización del código único, permite comu- nicar de manera más entendible esa tra- zabilidad, optimización de la cadena de suministro, tener una idea mejor de cómo está la demanda de los mercados, manejo de canales, control de qué pasa con los pedidos o los inventarios, por ejemplo. “Permite saber, además, qué se hace como marca y cómo industria para cuidar del futuro, la manera correcta de desechar el envase para asegurar que llegue a la cadena de reciclaje. Es un canal por el cual el consumidor puede interaccionar con la compañía en tiempo real y asegurar que tendrá una respuesta”, expone Yuran Rodríguez, director de mercado de Tetra Pak para Centro América y el Caribe. Unenvasecontroladodeprincipioa fin La diferencia con el Código QR, es que el código único, es como el ADN del envase y su contenido. Por medio de ese código, se EMPRESAS VISIÓN SOSTENIBLE 8.4 millonesdeenva- sesproducenen laplantadeQue- rétaro. El 55%de ellosparaMéxico. 31 plantas tiene la compañíaTetra Pakenelmundo. 48 • El Economista www.eleconomista.net Diciembre 2019 - Enero 2020
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