Revista El Economista - Noviembre 2019

102 • El Economista www.eleconomista.net Noviembre - Diciembre 2019 Centroamérica se alistaparael brexit Los países centroamericanos estánpor culminar el proceso de ratificacióndel acuerdo co- mercial que tuvieronquenego- ciar conel ReinoUnido, ante su inminente salidade laUE. POR: ROSAMARÍA PASTRÁN • CENTROAMÉRICA C entroamérica aceleró el paso para tener listo un nuevo esquema de prefe- rencias arancelarias antes de que se consumara el brexit o salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE). La región negoció en tiempo récord un nuevo acuerdo comercial cuya ratificación está a punto de culminar en buena parte de los países centroamericanos. El acuerdo es casi un réplica del Acuerdo de Asociación (AA) que se firmó el 29 de junio de 2012 con la UE, en Tegucigalpa, según reconocen los mismos negociadores. Sin embargo, hay algunos logros, como el otorgamiento de una cuota adicional de azúcar para Centroamérica. El Acuerdo de Asociación fue el primero que la Unión Europea negoció con otro bloque de países. En la actualidad, algunos países centroamericanos lo han aprovechado más que otros en cuanto al comercio. La Unión Europa mantiene el segundo lugar como destino de las exportaciones centroa- mericanas, con un 23.5 por ciento del total de $5,497 millones vendidos fuera de su territorio, según datos hasta el primer trimestre de 2019 de la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (SIECA). “Creo que Centroamérica ha dado un paso importante para estar preparada ante un eventual brexit. Lo que queríamos era asegurarnos de no estar en esa incertidumbre, independien- temente de lo que acuerden Unión Europea y Reino Unido, si se da una salida abrupta sin acuerdo, o si logran un periodo de transición. Pero no podemos estar sujetos a esa incertidumbre”, comenta Ricardo Salazar, director de Política Comercial del MACRO LLEGAEL BREXIT • Centroamérica buscó garantizar las continuidad de las preferencias arancelarias que sus exportadores lograron en el mercado del Reino Unido. EL ECONOMISTA/ARCHIVO