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PORTADA
PANORAMA
MONETARIO
ENEL ISTMO
¿Qué
lecciones
ha dejado para Cen-
troamérica la expe-
riencia de la Unión
Europea (UE)? Una
de lasmoralejas es la
responsabilidad fis-
cal. La UE lo con-
signó en 1997, con el
pacto de la estabi-
lidad y de creci-
miento conocido co-
mo
Tratado
de
Maastrich, que establecía un límite de
3% en el déficit fiscal.
Sin embargo, la diversidad del ta-
maño de las economías europeas y sus
culturas influyó en un descontrol en las
cuentas. A esa dificultad, se sumó que la
concentración de la política monetaria
para más de 17 países (muchos con
grandes desequilibrios) en el Banco
Central Europeo.
“No basta con un banco central
único, si uno tiene gobiernos inde-
pendientes que siguen la política que les
ronque la gana”, afirma Hugo Maúl,
director del área económica del Centro
de Investigaciones Económicas Nacio-
nales (CIEN).
A su juicio, el descalabro que inició
en Grecia ha puesto en el tapete la
conveniencia de monedas independien-
tes en momentos de estrés fiscal.
“Me parece que lo que está pasando
con Grecia ha removido mucho la im-
portancia de tener monedas indepen-
dientes, pero no llegará a nivel de
promover una desintegración de la mo-
neda europea”, expone.
La integración del metálico no se
puede juzgar nada más por los últimos
meses. Los europeos en realidad han
reducido costos de transacción en el
comercio internacional. Asimismo, el
euro les ha beneficiado con tasas de
intereses más bajas para financiarse.
Los desequilibrios, sin embargo, han
generado consecuencias políticas in-
sostenibles en el mediano plazo. Por
ejemplo, Alemania y Francia se han
vuelto los comandantes del rescate, un
rol que sería contraproducente en el
largo plazo para el bloque.
La heterogeneidad de la eurozona
vuelve difícil la sostenibilidad en el
largo plazo del proyecto. La UE debe
conciliar intereses de países tan di-
símiles en tamaño y cultura, como
Alemania y Francia, cuarta y quinta
economías mundiales, con Grecia (32),
Portugal (37) o Irlanda (43).
Si se parte de esa variable, la fun-
cionalidad de una integración mone-
taria en Centroamérica no es desca-
bellada, en un futuro.
“La homogeneidad de estructuras
económicas en Centroamérica está en-
tre las más altas del mundo. Esto no
significa que esté a favor (de una in-
tegración monetaria)”, valora Walter
Martínez, socio de consultoría de la
firma auditora Deloitte.
No obstante, para que sea funcional
la moneda única, el istmo necesita una
extrema coordinación entre los gobier-
nos, que, de momento, es insuficiente.
Ennio Rodríguez, economista inde-
pendiente, cree que la región debe
avanzar en la armonización de inter-
cambio de información, así como en la
regulación de sus mercados financieros
y de capital.
Con dicho planteamiento coincide
4.7
%
sehaapreciadoel
córdobadeNicara-
guaanteel dólar
estadounidense.
$24
mills
subióunadeuda
contratadaenye-
nespor el gobier-
nodeEl Salvador.
Las alternativas
Laspropuestasparamatizar laaltadependenciadel dólar seesparcierondesde lacrisis
financiera. ¿Qué sepuedevenir?
Canastademonedas: Estaconsisteenutilizar como referenciaunmixentre las
principalesdivisas, comodólar, euro, yen, libraesterlinay, posiblemente, el yuan.
Ensucontrapesandiversos factores, como ladificultadparacambiar laculturadel
comercio; además, lacantidaddemonedaspor controlar lepodría restar transparencia, dice
WalterMartínez, deDeloitte.
Desintermediación: Brasil yArgentinaoperanel comerciobilateral consuspropias
divisas, unaprácticaquepodríaextenderseaotrospaíses. EnnioRodríguez, economista
independiente, plantea laposibilidaddequeel real brasileñoseconviertaen reserva
alternativaenSuramérica, debidoal pesode sueconomía.
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Febrero - Marzo 2012